Artículo de información

José Carlos Botto Cayo y Abel Marcial Oruna Rodríguez

1 de setiembre del 2025

Hablar de Federico Villarreal Villarreal es evocar al primer doctor en matemáticas del Perú, un sabio integral que se desenvolvió como ingeniero, docente, lingüista, político y pensador en una época a de precariedad académica. Nacido en Túcume, Lambayeque, en 1850, su vida estuvo marcada por la autosuperación: desde adolescente enseñaba aritmética para sostenerse y pronto alcanzó un lugar de prestigio en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, donde se convirtió en un referente de la ciencia republicana. Su formación fue también la de un patriota que no dudó en tomar las armas durante la Guerra del Pacífico, mostrando que su compromiso no era únicamente académico, sino profundamente cívico. En un país que apenas construía su institucionalidad universitaria, Villarreal se erigió como un ejemplo de erudición puesta al servicio de la nación (García, 1948).

El legado de Villarreal no se limita a la matemática: abarcó la lingüística, la filosofía, la astronomía y la política educativa. Publicó más de 500 trabajos en diversos campos del conocimiento y fundó la primera revista científica peruana, convencido de que el saber debía llegar a la sociedad de forma accesible. En el Senado de la República defendió la meritocracia en el ingreso universitario y en las aulas promovió una enseñanza rigurosa que cimentó la cultura científica nacional. A más de un siglo de su muerte, su figura sigue presente en universidades, colegios, monumentos y museos que perpetúan su nombre. Su vida encarna el ideal del sabio republicano, comprometido con el conocimiento y con la identidad cultural del Perú (Zegarra, 2017).

Historia

Federico Villarreal nació el 30 de agosto de 1850 en Túcume, un pueblo agrícola de Lambayeque. Hijo de Ruperto Villarreal y Manuela Villarreal, desde pequeño combinó el trabajo con el estudio. A los 14 años ya ejercía como preceptor de aritmética y a los 20 obtuvo su título de maestro, dirigiendo la escuela de su pueblo. Su traslado a Lima en 1877 fue decisivo: ingresó a la Facultad de Ciencias de San Marcos, donde destacó por su brillantez y disciplina académica. Obtuvo su doctorado en Ciencias Matemáticas en 1881, siendo el primero en alcanzar dicho grado en el país, al presentar una tesis original sobre curvas de tercer grado. Ese mismo año participó como subteniente en la batalla de Miraflores, siendo herido en defensa de Lima durante la ocupación chilena (García, 1948).

Tras la guerra, Villarreal amplió sus estudios en la Escuela de Ingenieros, donde obtuvo los títulos de Ingeniero Civil en 1884 e Ingeniero de Minas en 1886. Incluso antes de estas titulaciones ya había aportado a las matemáticas: en 1873, con solo 23 años, descubrió un método general para elevar un polinomio a cualquier potencia, que pasaría a conocerse como el “Polinomio de Villarreal”. Este procedimiento, considerado más eficaz que el binomio de Newton, fue reconocido posteriormente como un aporte de gran relevancia por matemáticos peruanos y extranjeros. Villarreal combinaba así la genialidad autodidacta con la formación académica formal, situándose como un referente científico en América Latina (Losada y Puga, 1954 ).

La vida de Villarreal no se limitó al estudio: su carrera como docente comenzó pronto en San Marcos, donde alcanzó cargos de gran responsabilidad. Fue decano de la Facultad de Ciencias en cinco períodos y rector interino en 1921, cargo que ejerció tras la muerte de Javier Prado. Su labor universitaria no fue un simple ejercicio burocrático, sino un intento sostenido de modernizar los planes de estudio y elevar los estándares de investigación en el Perú. Además, creó la Revista de Ciencias en 1897, primera publicación científica peruana con continuidad, con lo cual buscó fomentar una comunidad académica sólida en el país (Autor, 2024).

La formación de Villarreal refleja un trayecto de disciplina y sacrificio. Estudiante brillante, combatiente en la guerra, ingeniero práctico y matemático original, su vida está marcada por la coherencia entre pensamiento y acción. Su ejemplo trasciende las estadísticas académicas: encarna la figura de un sabio republicano comprometido con la reconstrucción nacional en los años posteriores a la Guerra del Pacífico. Por ello, su nombre se asocia con integridad intelectual y con la certeza de que la educación y la ciencia son pilares fundamentales para el desarrollo del Perú (Zegarra, 2017).

Contribuciones a la cultura peruana

El compromiso de Federico Villarreal con la cultura nacional se manifestó en su incansable labor educativa. Fue maestro en todos los niveles: desde escuelas rurales hasta la universidad más antigua de América. En San Marcos reformó los planes de la Facultad de Ciencias, incorporando asignaturas de matemáticas avanzadas y física experimental. En la Escuela de Ingenieros impulsó prácticas modernas en el estudio de resistencia de materiales, conectando la teoría con las necesidades del país. Sus estudiantes lo recordaban como un profesor exigente pero justo, preocupado no solo por transmitir conocimientos, sino por formar ciudadanos críticos y responsables (García, 1948).

La fundación de la Revista de Ciencias en 1897 fue un paso decisivo en la creación de una cultura científica peruana. Hasta entonces, los trabajos de investigación se publicaban de manera dispersa en boletines o periódicos. Villarreal estableció un espacio estable de difusión académica, donde se discutían avances en matemáticas, astronomía, lingüística e ingeniería. Este esfuerzo fue el germen de la institucionalización de la investigación en el Perú y sirvió de inspiración para generaciones posteriores de académicos. Su visión fue la de un país donde la ciencia no fuese un lujo, sino una herramienta de progreso social (Zegarra, 2017).

El interés de Villarreal por las lenguas originarias y la cultura ancestral del Perú también merece ser destacado. En 1921 publicó una edición anotada de la Gramática de la lengua yunga o mochica de Fernando de la Carrera, contribuyendo a rescatar y estudiar un idioma que ya se encontraba prácticamente extinto. Asimismo, exploró las relaciones entre el quechua, el aimara y la lengua mochica, buscando nexos comunes que mostraran la unidad cultural del territorio andino. De esta forma, su curiosidad intelectual trascendió la matemática para abrazar la riqueza cultural del país (Autor, 2024).

Finalmente, su interés por el esperanto refleja un espíritu universalista que se sumaba a su compromiso local. Villarreal difundió este idioma en el Perú, publicó un diccionario y fundó una revista en esperanto, convencido de que la humanidad necesitaba un lenguaje común para la fraternidad. También estudió fenómenos astronómicos registrados por los incas, integrando la ciencia moderna con el legado ancestral. Así, su aporte a la cultura peruana no fue parcial, sino integral: desde la preservación de lenguas nativas hasta la apertura a lenguas universales, desde la matemática abstracta hasta la divulgación científica (García, 1948).

Aportes científicos y políticos

La contribución más célebre de Villarreal a las matemáticas fue su método para elevar polinomios a cualquier potencia, una invención que a los 23 años ya lo situaba como innovador de talla internacional. Este “Polinomio de Villarreal” fue celebrado por Cristóbal de Losada y Puga, quien lo consideró más sencillo y poderoso que el binomio de Newton. Su tesis doctoral de 1881, sobre la clasificación de las curvas de tercer grado, consolidó su posición como pionero de la geometría algebraica en el Perú. En conjunto, sus aportes matemáticos representan un legado científico de enorme valor, que lo convirtió en referente de la comunidad académica latinoamericana (Losada y Puga, 1954 ).

Además de las matemáticas puras, Villarreal incursionó en la ingeniería civil y en la geodesia. Realizó cálculos precisos de coordenadas geográficas de ciudades peruanas y estudios sobre resistencia de materiales que se aplicaron en proyectos constructivos. En sismología defendió teorías innovadoras y llegó incluso a comentar críticamente los planteamientos de la relatividad de Albert Einstein en 1909, apenas unos años después de que fueran publicados. Su capacidad de dialogar con las corrientes científicas más avanzadas de su tiempo muestra la magnitud de su curiosidad y de su talento. Villarreal no fue un científico provinciano, sino un sabio universal (Basadre Grohmann, 2005).

Su faceta política se desarrolló principalmente en el Senado, donde representó a Lambayeque en varias legislaturas. Desde ese espacio impulsó reformas educativas, siendo la más recordada la creación de exámenes de admisión universitaria como mecanismo meritocrático para el acceso a la educación superior. Esta medida, aprobada a inicios del siglo XX, marcó un hito en la institucionalización de la enseñanza y aún permanece vigente en el sistema universitario peruano. Villarreal defendía que el progreso nacional debía basarse en el mérito y en la educación de calidad, sentando así precedentes de equidad en una sociedad marcada por privilegios (Zegarra, 2017).

En su doble condición de científico y legislador, Villarreal logró tender puentes entre la academia y el Estado. Promovió fondos para laboratorios y bibliotecas, defendió la necesidad de una política pública de investigación y reivindicó el rol de la universidad como motor de desarrollo nacional. Su trayectoria política no se centró en la lucha partidaria, sino en la búsqueda de condiciones para que la ciencia floreciera en el Perú. Por ello, su figura trasciende las fronteras de la matemática: fue un estadista pedagogo, convencido de que el conocimiento debía ser el cimiento de la república (Basadre Grohmann, 2005).

Influencia vigente en la actualidad

El reconocimiento a Villarreal se ha materializado en diversas formas institucionales. En 1963 se fundó en Lima la Universidad Nacional Federico Villarreal (UNFV), cuyo nombre honra al sabio lambayecano. Su casa natal en Túcume fue declarada Monumento Histórico Nacional en 1986 y hoy funciona como museo, con exposiciones dedicadas a su vida y obra. En 1998, sus restos fueron trasladados desde Lima hasta Túcume, cumpliendo el deseo de su tierra natal de conservar su memoria. Además, colegios y plazas llevan su nombre en distintas regiones del Perú, asegurando que su legado permanezca vivo entre nuevas generaciones (Autor, 2024).

En el ámbito académico, San Marcos publicó sus Obras Completas en 1948, preservando más de cinco décadas de producción intelectual. La Facultad de Ciencias Matemáticas lo recuerda como figura fundacional, con bustos, cátedras especiales y seminarios en su honor. Su nombre es cita obligada en la historiografía científica peruana y aparece como referente en manuales escolares, subrayando su condición de pionero. Investigadores como Ricardo Zegarra han resaltado que Villarreal consolidó una cultura científica en el Perú cuando aún no existía un entorno propicio para ello, demostrando que la investigación podía florecer incluso en contextos adversos (Zegarra, 2017).

La vigencia de su figura radica no solo en las instituciones que lo recuerdan, sino en el ejemplo que transmite. Jorge Basadre lo describió como un sabio integral que dio brillo a la ciencia peruana del siglo XIX, mostrando que el talento local podía alcanzar estándares internacionales. Esa memoria es fundamental en tiempos en que la ciencia y la educación siguen luchando por mayor apoyo estatal. Villarreal recuerda a la sociedad peruana que el conocimiento no es un lujo, sino una necesidad estratégica (Basadre Grohmann, 2005).

Reivindicar hoy la figura de Federico Villarreal implica afirmar que la educación rigurosa, la investigación comprometida y la cultura como fuerza transformadora siguen siendo la base para construir un país mejor. Su vida encarna la unión de patriotismo y erudición, de disciplina y creatividad, de tradición y modernidad. Villarreal no fue un intelectual aislado, sino un hombre de su pueblo y de su tiempo, cuyo ejemplo continúa iluminando a las nuevas generaciones de peruanos (García, 1948).

Referencias

Autor. (31 de Octubre de 2024). Universidad Nacional Federico Villareal. Obtenido de Biografía de Don Federico Villarreal: https://www.unfv.edu.pe/universidad/nuestra-institucion/biografia-de-don-federico-villarreal?utm_source=chatgpt.com

Basadre Grohmann, J. (2005). Historia de la República del Perú (1822-1933) (9ª ed.). . Lima, Perú: Empresa Editora El Comercio S.A.

García, G. (1948). Federico Villarreal: su vida y su obra. Lima. Perú: Universidad Nacional Mayor de San Marcos.

Losada y Puga, C. (1954 ). Las matemáticas en el Perú. Lima, Perú: Fondo Editorial de la Pontificia Universidad Católica del Perú.

Zegarra, R. (2017). Federico Villarreal y la ciencia republicana. . Revista Peruana de Historia de la Ciencia, 12(3),, 55-70.