Las pasiones se esconden en los sueños,
como fragmentos de un placer,
nacido en los deseos de un reencuentro
en la noche de un futuro incierto.
Todo se vuelve tan silencioso
cuando la mente se inunda de recuerdos,
brillando en cataratas de amor
como las ilusiones de antaño.
El dejar de sentir es tan placentero
como los latidos de un suspiro;
nadie te espera al regresar,
solo fragmentos de los nuevos futuros.
A veces, las caminatas a ningún lado
sudan gotas de recuerdos,
dejando sangrar las miradas al recuerdo.
En este paraíso del silencio
puedo ver las estrellas
respirando y suspirando
como los caminantes de un desierto.
Mis letras tan llenas de esperanza
suelen mirar más allá de mí mismo,
inspirándose en los árboles de mora
que sudaban el amor de las calles.
Hoy desde mi derruido cuarto
encuentro un resguardo de letras,
muchas veces tan ruidoso en su silencio,
que envuelve los ojos del mundo.
José Carlos Botto Cayo
Fuente: Botto Cayo, J. C. (s.f.). Bottocayo. Obtenido de https://bottocayo.com/