Un amor que nace del aire,
suspiros de amantes,
sábanas cubriendo desnudez,
abrazos que no acaban.
Días enteros de amor,
cuerpos uniéndose,
sensaciones crecientes,
conocimientos corporales.
Un amor que nace de la sombra,
una sonrisa escondida,
unos ojos de miel,
labios que se cruzan.
Cuánto amor explotando,
amplificando los sentimientos,
brazos de serpiente
envolviendo cuerpos.
Un amor escondido,
nacido de la oscuridad,
amantes silenciosos
avanzando en la eternidad.
Un amor extraño,
rugiente como la espada,
desgarrando el corazón
de un amante ilusionado.
Tanto amor en el aire,
cruzándose de norte a sur,
tocándose en las brisas
sin llegar a la culminación.
Amantes eternos,
separados,
clamando un amor
negado a los mismos.
¿Qué es un amor sin el amor?
Pregunta que corre el viento.
¿Cómo amar y ser amado
sin ser parte (siendo) de ese amor?
Un amor que une,
un amor que no une,
¿cuál camino tomar?
Es difícil ser uno sin serlo.
Ser feliz por el amor,
siendo infeliz por no tenerlo,
ser feliz por saberlo,
siendo infeliz por no tenerlo.
Hay amores y amores,
unos que matan por la ausencia,
unos que crecen por la presencia.
Es mejor morir por amor,
dando todo por él,
a ser espectador de un sueño
que endulza pero no alimenta.
Si fuera amor,
expandiría mis alas
para transformar el mundo
en espacios de amantes
compartiendo sus sueños.
José Carlos Botto Cayo
Fuente: Botto Cayo, J. C. (s.f.). Bottocayo. Obtenido de https://bottocayo.com/