Artículo de información

José Carlos Botto Cayo y Abel Marcial Oruna Rodríguez

3 de marzo del 2025

LEGO es hoy el juguete de construcción más exitoso de la historia. Sus famosos bloques de plástico de colores que se encajan perfectamente entre sí han conquistado el mundo entero. Con un diseño que no ha cambiado en lo esencial desde 1958, estos pequeños ladrillos permiten crear desde simples casas hasta complejas estructuras mecánicas. Lo asombroso del sistema LEGO es que con solo seis piezas estándar se pueden hacer más de 915 millones de combinaciones diferentes, lo que explica por qué ha cautivado la imaginación de niños y adultos por igual durante generaciones.

La magnitud del fenómeno LEGO se refleja en cifras impresionantes: cada año se fabrican más de 36.000 millones de piezas, hay aproximadamente 80 bloques por cada habitante del planeta, y la empresa produce más de 300 millones de ruedas miniatura al año (¡más que cualquier fabricante de neumáticos a escala real!). De un modesto taller de carpintería en Dinamarca ha surgido un imperio que incluye parques temáticos, películas, videojuegos y hasta programas educativos, manteniendo siempre una promesa simple pero poderosa: un bloque LEGO fabricado hoy encaja perfectamente con otro fabricado hace más de 60 años.

Evolución y reinvención: del bloque de madera al sistema LEGO

El gran cambio en la historia de LEGO ocurrió en 1947, cuando Ole Kirk Christiansen compró una máquina de moldeo por inyección para fabricar juguetes de plástico. Aunque esta decisión fue arriesgada para una empresa que hasta entonces había trabajado con madera, marcó el inicio de una nueva era. Los primeros bloques de plástico que podían unirse entre sí aparecieron en 1949, inspirados en un diseño de la empresa británica Kiddicraft, pero aún estaban lejos de la perfección que alcanzarían años después (Coscarón, 2020).

El momento definitivo llegó en 1958, cuando Godtfred Kirk Christiansen, hijo del fundador, inventó y patentó el sistema de tubos en la parte inferior de los bloques. Este mecanismo de encaje permitía que las construcciones fueran estables y no se cayeran fácilmente, algo que los clientes habían estado reclamando. Esta mejora transformó por completo el juguete y creó el sistema LEGO tal como lo conocemos hoy. Curiosamente, ese mismo año murió Ole Kirk Christiansen, dejando a su hijo al frente de una empresa que estaba a punto de revolucionar el mundo de los juguetes (Subirana Abanto, 2018).

Los años 60 trajeron importantes novedades para LEGO. En 1962 se añadieron ruedas a los bloques, lo que permitió crear coches, camiones y todo tipo de vehículos. En 1969 nació LEGO DUPLO, con piezas más grandes especialmente diseñadas para niños pequeños que aún no tenían la destreza para manejar las piezas estándar. Esta estrategia de crear productos para diferentes edades fue muy acertada, ya que permitió a LEGO captar clientes desde los primeros años de vida y mantenerlos interesados a medida que crecían (Coscarón, 2020).

Consolidación global y desafíos contemporáneos

Durante los años 70 y 80, LEGO se expandió por todo el mundo introduciendo elementos que serían fundamentales para su identidad: las minifiguras (los pequeños personajes amarillos) aparecieron en 1978, la línea Technic para construcciones mecánicas más avanzadas, y el primer parque temático Legoland abrió sus puertas en Billund en 1968, recibiendo más de 625.000 visitantes en su primer año. En 1975, la apertura de oficinas en Estados Unidos ayudó a la marca a conquistar el importante mercado norteamericano (Subirana Abanto, 2018).

A pesar de su éxito continuado, LEGO vivió una crisis muy grave a principios de los años 2000. Entre 2003 y 2004, la empresa perdió más de 400 millones de euros y estuvo cerca de la quiebra. Los problemas fueron varios: se había diversificado demasiado alejándose de su producto principal, los videojuegos y juguetes electrónicos ganaban terreno, y había problemas internos que hacían difícil controlar los gastos. La situación era tan mala que los propios consumidores enviaban cartas rogando que la empresa no desapareciera (Sandri, 2015).

La recuperación vino de la mano de Jørgen Vig Knudstorp, nombrado director ejecutivo en 2004, quien puso en marcha un plan de reestructuración ambicioso. Su estrategia fue volver a lo básico: centrarse en los bloques tradicionales, reducir la variedad de piezas para ahorrar costos, y asociarse con franquicias populares como Star Wars y Harry Potter. Este regreso a los orígenes, junto con la expansión cuidadosa hacia mercados emergentes como China, ayudó a LEGO a recuperarse y en 2015 se convirtió en el mayor fabricante de juguetes del mundo, superando a Mattel (Sandri, 2015).

Impacto cultural y perspectivas futuras

La influencia de LEGO va mucho más allá del mundo de los juguetes. Sus bloques se usan en escuelas para enseñar matemáticas, ciencia y tecnología, fomentando la creatividad y el pensamiento espacial. La metodología LEGO Serious Play se utiliza en empresas para mejorar la comunicación y resolver problemas en equipo. Además, la marca ha conquistado el cine con películas como «The LEGO Movie» (2014) y ha desarrollado exitosos videojuegos, consolidándose como un verdadero icono cultural (Sadurní, 2024).

El impacto de LEGO en cifras es asombroso: hay unos 80 bloques por cada persona en el planeta, y si se pusieran en línea todos los bloques vendidos en un año, se podría dar cinco vueltas a la Tierra. Este dominio le ha valido ser reconocida como «la marca más poderosa del mundo» según la consultora Brand Finance, por encima incluso de gigantes como Ferrari (Sadurní, 2024).

Mirando hacia el futuro, LEGO enfrenta importantes retos relacionados con la sostenibilidad ambiental y la adaptación al mundo digital. La empresa ha comenzado a utilizar materiales más ecológicos, lanzando en 2018 sus primeros juguetes hechos con plástico derivado del azúcar y presentando un prototipo de bloque fabricado con botellas de plástico recicladas. Al mismo tiempo, LEGO ha desarrollado aplicaciones móviles, videojuegos y experiencias de realidad aumentada para no quedarse atrás en la era digital (Subirana Abanto, 2018).

Conclusión: las claves de una longevidad extraordinaria

El caso de LEGO muestra cómo un concepto simple pero versátil, un compromiso inquebrantable con la calidad y la capacidad de adaptarse a los cambios del mercado pueden mantener el éxito de una empresa durante décadas. Lo curioso es que, aunque sus patentes originales caducaron hace muchos años, ningún competidor ha logrado igualar su éxito, lo que demuestra que el valor de la marca va más allá del producto en sí (Subirana Abanto, 2018).

El legado de Ole Kirk Christiansen, resumido en su lema «solo lo mejor es suficientemente bueno», sigue guiando a una empresa que ha sabido equilibrar tradición e innovación, mundo físico y digital, simplicidad y complejidad. En un mercado donde los juguetes suelen tener una vida corta, LEGO ha demostrado que algunos conceptos son verdaderamente atemporales, capaces de conectar con generaciones y generaciones de niños y adultos en todo el mundo (Subirana Abanto, 2018).

Referencias

Coscarón, J. (29 de Enero de 2020). Esquire. Obtenido de La (desastrosa) historia de la invención de LEGO: https://www.esquire.com/es/actualidad/a30686727/lego-figuras-bloques-historia-star-wars/

Sadurní, J. M. (9 de Marzo de 2024). Historia national geographic. Obtenido de Ole Kirk Christiansen, el creador de Lego, el juego de construcción más famoso del mundo: https://historia.nationalgeographic.com.es/a/ole-kirk-christiansen-el-creador-de-lego-el-juego-de-construccion-mas-famoso-del-mundo_17770

Sandri, P. M. (1 de Marzo de 2015). La Vanguardia. Obtenido de Lego, la historia de una reconstrucción: https://www.lavanguardia.com/economia/20150301/54427754673/lego-historia-reconstruccion.html

Subirana Abanto, K. (13 de Agosto de 2018). El Comercio. Obtenido de LEGO: una historia para armar: https://elcomercio.pe/eldominical/actualidad/lego-historia-armar-noticia-546713-noticia/