Artículo de información

José Carlos Botto Cayo y Abel Marcial Oruna Rodríguez

9 de diciembre del 2025

La mañana del 9 de diciembre de 1824, la Pampa de Quinua se convirtió en el escenario del enfrentamiento que aceleró el colapso político del virreinato del Perú. Aunque durante décadas la historiografía tradicional presentó este episodio como una victoria homogénea de un bloque “patriota” sobre otro “realista”, los estudios actuales insisten en revisar la composición real de los ejércitos, las circunstancias políticas que rodearon la campaña y el carácter multinacional del conflicto. Ayacucho, más que un relato épico, constituye un punto donde convergieron fuerzas de origen diverso y donde la participación local fue importante, aunque no necesariamente predominante, en una estructura militar dirigida por mandos extranjeros (Bicentenario, 2021).

Comprender el episodio exige reconocer que en 1824 el territorio peruano atravesaba un periodo de fragmentación política y administrativa. La presencia de soldados nacidos en el Perú en ambos bandos, el peso de las lealtades regionales, la influencia de las campañas impulsadas por la Gran Colombia y el desgaste prolongado del virreinato configuran un escenario más complejo que el que ofrecen las versiones simplificadas del proceso independentista. En este marco, la batalla representó menos un cierre glorioso que un cambio institucional profundo cuyas consecuencias se prolongarían durante décadas posteriores (Biblioteca Nacional del Perú, 2024).

Contexto geopolítico y composición de los ejércitos

La batalla de Ayacucho se desarrolló en un momento en que el virreinato mostraba signos evidentes de desgaste institucional. Tras las campañas militares emprendidas en el norte y el sur, y ante la presión sobre Lima y el Alto Perú, el virrey José de la Serna decidió replegar sus fuerzas hacia la sierra sur. La Pampa de Quinua, por sus características abiertas y su terreno relativamente plano, ofrecía un espacio favorable para el despliegue de caballería y artillería, condicionando la dinámica del combate y forzando maniobras rápidas en un entorno altamente expuesto (Bicentenario, 2021).

El Ejército Unido Libertador, comandado por Antonio José de Sucre, estaba conformado por tropas de distintos territorios sudamericanos: colombianos, venezolanos, argentinos, chilenos y un contingente peruano que, si bien relevante en número, no constituía la mayoría. Dentro de este dispositivo, la división dirigida por José de La Mar ocupó el ala izquierda y desempeñó funciones tácticas específicas dentro de una estructura militar que respondía a mandos y proyectos políticos de escala continental (Aponte, 2023).

En el bando realista también participaban oficiales y soldados nacidos en el territorio peruano, muchos de ellos integrados desde años atrás a la estructura virreinal por continuidad profesional, vínculos regionales o estabilidad económica. Esta composición heterogénea pone en evidencia que el conflicto no puede interpretarse como un enfrentamiento entre colectivos nacionales homogéneos, sino como una pugna donde coexistían lealtades complejas y posiciones políticas diversas. La presencia de peruanos en ambos ejércitos cuestiona las versiones lineales difundidas en relatos escolares (Omnia Mutantur, 2021).

El desenlace se produjo en pocas horas. Las maniobras iniciales del ejército realista presentaron errores de coordinación que permitieron a las fuerzas comandadas por Sucre avanzar con ventaja táctica sobre varios puntos del frente. La captura del virrey La Serna generó un quiebre inmediato en la cadena de mando y facilitó la posterior capitulación. Más que una resolución basada en gestas simbólicas, el resultado estuvo condicionado por factores operativos y estructurales acumulados durante toda la campaña (Pereyra Chávez, 2017).

Participación peruana y lectura crítica de sus alcances

La participación de efectivos nacidos en el territorio peruano fue significativa, aunque no determinante en términos estratégicos. Las unidades peruanas cumplieron funciones específicas dentro del dispositivo militar, particularmente en el flanco izquierdo, pero su actuación se insertó en una cadena de mando dirigida por oficiales extranjeros. Esta precisión permite analizar su aporte sin recurrir a interpretaciones posteriores que sobredimensionan su papel dentro del conjunto del Ejército Unido Libertador (Aponte, 2023).

La presencia de oficiales y soldados peruanos en el bando realista confirma que en 1824 no existía una adhesión política uniforme. Algunos continuaban en la estructura virreinal por trayectoria profesional, estabilidad económica o vínculos regionales; otros consideraban que el virreinato seguía siendo una autoridad legítima. Esta diversidad de motivaciones revela un escenario social fragmentado, en el que coexistían definiciones políticas distintas respecto al proceso emancipador (Omnia Mutantur, 2021).

Distinguir entre participación y liderazgo resulta esencial para una lectura histórica rigurosa. Aunque la batalla se desarrolló en el actual territorio peruano y contó con soldados locales en ambos bandos, la planificación y la conducción estratégica no estuvieron a cargo de mandos peruanos. Las decisiones fundamentales fueron adoptadas por oficiales colombianos y venezolanos, lo que evidencia que la campaña militar que culminó en Ayacucho formó parte de un proyecto geopolítico de alcance continental (Bicentenario, 2021).

También debe considerarse el papel de comunidades regionales en tareas de apoyo logístico, abastecimiento y acompañamiento territorial. Si bien su contribución directa en el campo de batalla fue limitada, estos grupos interactuaron con las fuerzas en campaña y formaron parte del entorno operativo. Sin embargo, estos aportes no modifican el hecho central: la operación militar estuvo dirigida por estructuras externas en un territorio que aún no consolidaba una identidad política claramente definida (Biblioteca Nacional del Perú, 2024).

Consecuencias para el Perú y reconfiguración del poder

La Capitulación de Ayacucho puso fin a la estructura virreinal en el territorio peruano, aunque no solucionó los problemas internos que enfrentaba el nuevo Estado. Tras la retirada de la autoridad colonial, persistieron disputas caudillistas, tensiones fiscales, conflictos regionales y una marcada debilidad institucional. La independencia abrió un proceso de reorganización política que se prolongaría durante varias décadas y cuya complejidad excede las interpretaciones tradicionales centradas únicamente en el triunfo militar (Pereyra Chávez, 2017).

La salida definitiva de las fuerzas españolas obligó a iniciar la construcción de instituciones civiles y militares, así como a definir un sistema de gobierno bajo condiciones adversas. La escasez de cuadros administrativos, la influencia de proyectos políticos externos y las presiones regionales dificultaron la consolidación del aparato republicano. En lugar de un periodo de estabilidad, el país ingresó en una fase de ajustes continuos y enfrentamientos internos que marcarían sus primeras décadas como Estado independiente (Biblioteca Nacional del Perú, 2024).

La historiografía contemporánea ha señalado la necesidad de evaluar Ayacucho con distancia analítica. Más que una victoria nacional ejercida desde una conducción plenamente local, el episodio reflejó un reacomodo geopolítico en el que participaron diversos actores y donde las decisiones estratégicas fueron adoptadas por mandos extranjeros. Este enfoque ayuda a entender las limitaciones estructurales del Estado posterior y la raíz de gran parte de la inestabilidad política del siglo XIX peruano (Aponte, 2023).

Aun así, la batalla ocupa un lugar central en la memoria histórica del país como el acontecimiento que permitió el cierre formal del orden virreinal y abrió la posibilidad de reorganizar el marco político republicano. Su relevancia radica en haber marcado un punto de inflexión institucional que dio paso a la construcción de un Estado propio, cuyo proceso estuvo condicionado por la diversidad social y regional del territorio (Bicentenario, 2021).

Referencias

Aponte, S. (6 de Diciembre de 2023). La República. Obtenido de Batalla de Ayacucho: ¿quiénes se enfrentaron, cuándo fue y quienes son los héroes?: https://larepublica.pe/datos-lr/2023/12/06/ayacucho-batalla-de-ayacucho-quienes-se-enfrentaron-cuando-fue-y-quienes-son-los-heroes-independencia-del-peru-lrsd-104886?utm_source=chatgpt.com

Biblioteca Nacional del Perú. (1 de Enero de 2024). Biblioteca Nacional del Perú. Obtenido de La Biblioteca Nacional del Perú recuerda la gesta histórica de la Batalla de Ayacucho: https://www.bnp.gob.pe/biblioteca-nacional-del-peru-recuerda-gesta-historica-de-la-batalla-de-ayacucho/

Bicentenario. (1 de Marzo de 2021). Bicentenario. Obtenido de ¿Cuál fue la importancia de la Batalla de Ayacucho y en qué consistió su capitulación?: https://bicentenario.gob.pe/batalla-de-ayacucho-hito-en-la-consolidacion-de-la-independencia-americana/

Omnia Mutantur. (25 de Enero de 2021). Omnia Mutantur. Obtenido de La Batalla de Ayacucho: https://www.omniamutantur.es/wp-content/uploads/batalla-de-Ayacucho.pdf

Pereyra Chávez, N. E. (2017). La batalla de Ayacucho (9 de diciembre de 1824):. Revista Del Archivo General De La Nación, 32, 271-283 .