Artículo de información

José Carlos Botto Cayo y Abel Marcial Oruna Rodríguez

10 de octubre del 2025

El despliegue de la inteligencia artificial en este 2025 ha alcanzado un punto de madurez que pocos habrían anticipado hace apenas unos años. Lo que comenzó como simples asistentes conversacionales se ha transformado en agentes autónomos con iniciativa: programas capaces de decidir, planificar y ejecutar acciones sin depender de instrucciones humanas constantes. McKinsey ha identificado este fenómeno, denominado AI agentic, como una de las novedades con mayor potencial disruptivo, capaz de alterar el equilibrio de empresas, gobiernos y vida cotidiana (McKinsey & Company, 2025).

Estos agentes ya no son herramientas pasivas: actúan como colaboradores digitales. Gartner los ubica en el pico de expectativas de su curva tecnológica, al tiempo que advierte de los desafíos de confianza y gobernanza que traen consigo. En el Perú, eventos como el AgentForce World Tour de Salesforce en Lima y pruebas en banca, retail y minería confirman que el país no es ajeno a esta ola. La irrupción de estos sistemas plantea preguntas urgentes: ¿cómo conviviremos con ellos? ¿qué lugar ocuparán en nuestra vida diaria? ¿y cómo evitaremos que su autonomía se convierta en riesgo en lugar de oportunidad? (Gartner, 2025).

Naturaleza y alcance de los agentes autónomos

Los agentes autónomos no son chatbots que esperan órdenes, sino entidades capaces de comprender metas generales y llevar a cabo acciones coordinadas. Integran lenguaje natural, visión por computadora y técnicas de aprendizaje continuo para identificar un objetivo, descomponerlo en tareas, ejecutarlas y reconfigurar su plan si surgen obstáculos. Así, un agente puede diseñar una campaña publicitaria digital de inicio a fin, desde el análisis de mercado hasta la ejecución en redes sociales, sin intervención humana en cada paso (McKinsey & Company, 2025).

Lo distintivo es su capacidad de coordinación. Un agente no actúa aislado: puede interactuar con otros agentes, delegar subtareas y evaluar resultados, como si fuese un jefe digital invisible. El ser humano ya no dicta cada instrucción, sino que define una meta y supervisa la ejecución, transformándose en una suerte de director que guía a un equipo autónomo de asistentes virtuales. Este giro redefine la relación entre persona y máquina, desplazando el trabajo repetitivo hacia la IA (Gartner, 2025).

Los usos más inmediatos se concentran en la atención al cliente, la automatización financiera y la logística. En un call center, por ejemplo, el agente no solo responde consultas, sino que analiza patrones, prevé necesidades y propone soluciones. En la industria, puede monitorear sensores, ajustar rutas de distribución y coordinar reparaciones antes de que ocurran fallos graves. El salto cualitativo es la proactividad: la máquina anticipa en lugar de esperar órdenes (Heinz, 2025).

No obstante, este avance tecnológico implica una nueva alfabetización digital. Las personas deberán aprender a “conversar con equipos de IA”, redactando instrucciones claras y evaluando resultados. El rol humano se transforma en liderazgo, en gestión de prioridades y en supervisión ética. La relación ya no es de mando rígido, sino de colaboración y ajuste continuo con un aliado artificial (McKinsey & Company, 2025).

Impacto en la vida de los individuos

En la vida cotidiana, los agentes autónomos ya comienzan a manifestarse en aplicaciones prácticas. Un usuario podrá confiarles la organización completa de un viaje: desde la búsqueda de vuelos hasta la reserva de hoteles, el cálculo de costos y la adaptación a imprevistos. En el hogar, coordinarán compras recurrentes, ajustarán presupuestos y personalizarán agendas familiares, liberando tiempo para actividades humanas más creativas o afectivas (Mediateca, 2025).

En el ámbito laboral, se perfilan como asistentes que no solo redactan correos, sino que estructuran proyectos, asignan recursos y monitorean su ejecución. Un profesional se convertirá en director de un equipo invisible de agentes que procesan información y entregan resultados. Esto promete un aumento de productividad, pero también una redefinición del rol humano, donde la creatividad, la ética y la supervisión serán más importantes que la tarea rutinaria (McKinsey & Company, 2025).

El reto será la confianza. Los usuarios deberán superar la duda de si un agente tomará decisiones correctas o seguras. Casos de errores, sesgos o alucinaciones generan temor en su adopción masiva. Gartner advierte que, aunque la tecnología avanza rápido, la gobernanza y la cultura organizacional deben madurar con igual velocidad. No basta con tener agentes inteligentes; hay que asegurarse de que sean responsables, auditables y seguros (Gartner, 2025).

Este acercamiento directo a los individuos exige también protección de datos y marcos legales claros. En contextos como la banca digital, los agentes podrían decidir inversiones; en salud, recomendar tratamientos; en educación, personalizar contenidos. El beneficio es enorme, pero el riesgo también lo es: errores o manipulaciones podrían tener consecuencias graves en la vida real. La clave estará en diseñar límites y protocolos de supervisión humana efectivos (Heinz, 2025).

Avances y contexto en el Perú

En julio de 2025, Lima fue escenario del AgentForce World Tour, donde se presentaron los primeros despliegues de agentes autónomos en empresas locales. Salesforce describió su plataforma como “colaboradores digitales conectados a procesos de negocio, capaces de operar y mejorar de manera continua”. La recepción empresarial fue entusiasta: se reportaron pilotos en sectores de banca, retail y minería que ya muestran resultados concretos en eficiencia y reducción de costos (Mediateca, 2025).

En el sector financiero, bancos peruanos están probando agentes para automatizar la atención al cliente y el análisis de riesgos. En minería, se explora su aplicación en mantenimiento predictivo, donde los agentes coordinan sensores y ajustan procesos en tiempo real. En retail, se experimenta con personalización de ofertas y gestión automática de inventarios. Estas pruebas sugieren que el Perú está integrándose a la corriente global, aunque aún en fase exploratoria (Mediateca, 2025).

Los expertos locales señalan que 2025 es el año del desembarco real de los agentes en el país. No se trata solo de chatbots más avanzados, sino de sistemas que aprenden, deciden y actúan por sí mismos. La cultura empresarial peruana, sin embargo, deberá adaptarse: los gerentes deberán confiar en agentes que “toman decisiones de manera independiente”, un cambio radical frente a estructuras jerárquicas tradicionales (Chávez Quispe, 2025).

El reto regulatorio en Perú será mayúsculo. La legislación aún no contempla a estos sistemas, y se necesitará coordinación con políticas globales sobre gobernanza de IA. Se requerirá establecer protocolos de seguridad, auditoría y transparencia antes de su despliegue masivo. En este terreno, el país puede adelantarse si aprende de las experiencias internacionales y combina su emergente ecosistema digital con una normativa clara y responsable (Gartner, 2025).

Referencias

Chávez Quispe, L. (30 de Junio de 2025). Forbes. Obtenido de La ‘fiebre’ por los agentes de IA llega a las empresas en Perú: así es como los están usando: https://forbes.pe/tecnologia/ia/2025-06-30/la-fiebre-por-los-agentes-de-ia-llega-a-las-empresas-en-peru-asi-es-como-las-estan-usando

Gartner, I. (2025). Hype Cycle for Artificial Intelligence 2025. . Stamford, CT: Gartner, Inc.

Heinz, S. (5 de Febrero de 2025). Statworx GmbH. Obtenido de AI Trends Report 2025: All 16 Trends at a Glance: https://www.statworx.com/en/content-hub/blog/ai-trends-report

McKinsey & Company. (2025). Technology Trends Outlook 2025. New York: McKinsey Global Institute.

Mediateca. (23 de Junio de 2025). Sales force. Obtenido de Salesforce lanza Agentforce 3 para resolver los mayores obstáculos para escalar los agentes de IA: visibilidad y control: https://www.salesforce.com/news/press-releases/2025/06/23/agentforce-3-announcement/?utm_source=chatgpt.com