Una palabra vacía
suena en mi coraron
creciendo la duda
en un mundo irreal

Vientos de soledad
viajan a mi lado
en una barca vacía

navegando en la desesperación

En mi vieja alforja
llevo cuadernos de vida
escritos con sangre
en los viajes a la deriva

Un viento helado
golpea mi rostro
en este camino escondido
que va dirigiendo mi destino

En la soledad de mi sueño
duendes saltan de los arboles
cantando emociones
que transforman mis ficciones

Un cielo nublado
preámbulo a un llanto
deja los ángeles volar
segundos antes del espanto

Una palabra vacía
desgarra el cielo que brilla
en un canto de piel
que tiene un sabor a hiel

Imagen:

Joan Miró, El campo labrado, 1924