Artículo de información

José Carlos Botto Cayo y Abel Marcial Oruna Rodríguez

9 de julio del 2023

El reconocimiento y la fama en el mundo del arte no siempre siguen un patrón predecible. Algunos artistas obtienen reconocimiento y valoración después de su muerte, mientras que otros, como Sérvulo Gutiérrez Alarcón (1914-1961), gozan de reconocimiento y admiración desde los inicios de su carrera artística. Aunque su expresión artística ha generado controversias, su obra ha sido ampliamente valorada en el medio local (Hinojosa Huamán, 2017).

Historia

Sérvulo Gutiérrez, nacido el 20 de febrero de 1914 en Ica, se convirtió en una figura emblemática en la escena artística peruana. Proveniente de una familia numerosa de 16 hermanos, sus padres, Daniel Gutiérrez Fernández y Lucila Alarcón Valverde, también estaban involucrados en el mundo del arte y la restauración. A pesar de las dificultades familiares, Gutiérrez tuvo que trabajar desde temprana edad, desempeñándose en oficios como camarero de restaurante y obrero de la construcción (López, 2017).

Trabajo además como fabricante de réplicas de huacos, en donde demostró habilidades artísticas destacadas. Sus creaciones eran tan perfectas que los expertos dudaban de su autenticidad. Ante esto, Gutiérrez se vio en la necesidad de aclarar que se trataba únicamente de reproducciones. Su destreza en esta labor fue un indicio temprano de su innato talento artístico (Obando, 2022) .

En esta etapa, Gutiérrez demostró su talento innato en el boxeo, alcanzando rápidamente el título de campeón de peso gallo en la categoría amateur. Su éxito en el ring le permitió formar parte del equipo peruano de boxeo, compitiendo a nivel internacional con orgullo y determinación (López, 2017).

Argentina

Aprovechando el final del torneo sudamericano de boxeo, decidió quedarse en Argentina para perfeccionar el arte de la pintura. Durante varios años, trabajó junto a Emilio Pettoruti, aprendiendo todo lo posible sobre su nueva profesión (Obando, 2022).

La influencia de Pettoruti se reflejó en la rigurosidad clásica de los retratos y bodegones que Gutiérrez pintó en esos años. Sin embargo, el destino lo llevó de regreso a su tierra natal (Obando, 2022).

En 1940, estalló la Segunda Guerra Mundial y Gutiérrez regresó a Argentina, donde conoció a otro de sus grandes amores, Claudine Fitte. Juntos emprendieron el regreso a Lima a finales de 1940, donde Gutiérrez se dedicó por completo al arte y a la vida nocturna (Obando, 2022).

Una de las características principales de su obra es su apuesta por el color en una amplia gama cromática y por representar figuras sólidas y de gran volumen. Con el paso de los años, su paleta se volvió más intensa y su temática se acercó al misticismo (Cincuentopía, 2016).

Además de su habilidad como pintor, Gutiérrez también cultivó la poesía, con gran acierto según expertos. Gran parte de su producción literaria está dedicada a Ica, su ciudad natal. Compartimos aquí uno de sus poemas, titulado “El Huarango”, que evoca una imagen poderosa y cargada de significado (Cincuentopía, 2016).

“EL HUARANGO” (Sérvulo Gutiérrez)

Debajo de un árbol lleno de esperanza.
Tenía los brazos dislocados en todas partes
y era casi como un hombre tremendo,
olía como si fuera mi abuelo, no caminaba;
estaba frente al mar.

Se agarraba a la esperanza de un solo color:
Ica de frente la esperanza;
el rosado de tu cuerpo eterno en las arenas
tiene el tiempo que nosotros los iqueños
hemos regresado para darte en parte
la voluntad de nuestro cariño y eso es todo.

Ahora tengo tiempo para mirarte bruja mía,
pájaro indígena.
Con esos dos colores yo te siento; uno de los tuyos
Es tal vez un rojo, el otro que acaba de morir
En un niño mío…

Si en las arenas te encuentro Huarango
dadme esperanzas,
Tal vez tú no te acuerdes de mí, yo comía tus semillas
cuando era un niño tu fuiste bueno conmigo,
y no me olvido.

Y al salir, mi madre me esperaba con
una flor del cementerio,
Entonces, descubrí, que yo vivía, que tenía tiempo;
la muerte ya era mía.

Árbol extraño, no te miento.
¡Déjame arriba!

Su pintura

Gutiérrez se caracterizó por su estilo expresionista, el cual se manifestó a lo largo de su carrera artística. En sus primeras obras, destacó por su ejecución académica, sin embargo, evitó hacer énfasis en la reproducción realista, dejando espacio para la libertad expresiva en el trazo. Durante esta etapa, su enfoque se centró en el volumen y la línea, logrando efectos de relieve en sus pinturas, como se aprecia en su obra “Claudine” de 1942 (Yarleque Ubilluz, 2018).

En su segunda etapa pictórica, Gutiérrez experimentó con colores fuertes y agresivos. Su obra “Retrato de Doris Gibson” de 1946 marca el inicio de esta etapa, en la cual los colores puros prevalecen sobre los detalles descriptivos de la figura. El trazo se vuelve más esquemático y menos descriptivo, y los rasgos faciales se simplifican para dar paso a la expansión del color (Yarleque Ubilluz, 2018).

La relación con el abstraccionismo:

Durante el auge del abstraccionismo en el Perú, especialmente hacia finales de la década de 1950, la obra de Sérvulo Gutiérrez se destacó por su estilo expresionista en contraste con la corriente abstracta. Mientras el abstraccionismo ganaba terreno y buscaba su lugar en el arte peruano, Gutiérrez consolidaba su posición como un exponente del expresionismo (Yarleque Ubilluz, 2018).

La llegada de corrientes abstractas al Perú generó polémica entre los artistas establecidos, incluyendo a Sérvulo Gutiérrez. Este período estuvo marcado por fuertes intervenciones del pintor iqueño, quien cuestionaba la nueva corriente abstracta y hasta al propio Fernando de Szyszlo, destacado representante del abstraccionismo en el país (Yarleque Ubilluz, 2018).

El contexto del abstraccionismo en el Perú:

Para comprender la relevancia de la producción final de Sérvulo Gutiérrez en su contexto inmediato, es necesario analizar el desarrollo del abstraccionismo en el Perú. En la década de 1950, el abstraccionismo ganó influencia en el ámbito artístico peruano, gracias a figuras como Fernando de Szyszlo, quien defendió y difundió esta corriente tras su regreso de estudiar en París (Yarleque Ubilluz, 2018).

Sin embargo, la aceptación general del abstraccionismo fue limitada debido a la distancia existente entre los artistas y el público. Los códigos utilizados por los artistas abstractos resultaban ajenos a la audiencia promedio, lo que dificultaba la comprensión y apreciación de estas obras. A pesar de los esfuerzos por integrar el abstraccionismo al discurso del arte peruano, persistían ciertas tensiones entre los artistas y el público (Yarleque Ubilluz, 2018).

Muerte

Sérvulo Gutiérrez murió a los 47 años y además de boxear en su juventud fue una persona que se dedicó exclusivamente al arte, en especial a la pintura, aunque también escribió poesía e hizo escultura. Para algunos, como Fernando de Szyszlo, “Sérvulo Gutiérrez fue el pintor más importante del siglo XX”.

Referencias

Cincuentopía. (11 de Julio de 2016). Cincuentopia. Obtenido de Sérvulo Guitérrez: el pintor que fue también boxeador y poeta: https://cincuentopia.com/servulo-guiterrez-pintor-fue-tambien-boxeador-poeta/

Hinojosa Huamán, V. F. (2017). Universidad Mayor de San Marcos. Obtenido de Estilo y técnica en el género del retrato de Sérvulo: https://cybertesis.unmsm.edu.pe/handle/20.500.12672/7106

López, C. y. (6 de Enero de 2017). Historia peruana. Obtenido de Sérvulo Gutiérrez: https://historiaperuana.pe/biografia/servulo-gutierrez

Obando, M. (22 de Julio de 2022). Infobae. Obtenido de Sérvulo Gutiérrez, de campeón de boxeo a ‘punto de quiebre’ en la pintura peruana: https://www.infobae.com/america/peru/2022/07/22/servulo-gutierrez-de-campeon-de-boxeo-a-punto-de-quiebre-en-la-pintura-peruana/

Yarleque Ubilluz, C. A. (Julio de 2018). Universidad Católica. Obtenido de La producción final de Sérvulo Gutiérrez: santa rosa de Lima y el Señor de Luren, iconos religiosos criollos: Https://tesis.pucp.edu.pe/repositorio/bitstream/handle/20.500.12404/12739/YARLEQUE_UBILLUZ_CARLOS_ALBERTO1.pdf?sequence=4&isAllowed=y