Artículo de información
José Carlos Botto Cayo y Abel Marcial Oruna Rodríguez
3 de abril del 2024
El conflicto entre Argentina y Gran Bretaña por las Islas Malvinas en 1982 no sólo conmovió a los países directamente involucrados, sino que también despertó una ola de solidaridad en gran parte del continente latinoamericano. El Perú, fiel a su tradición de defensa de la soberanía territorial y la autodeterminación de los pueblos, no dudó en manifestar su respaldo a la causa argentina en este diferendo diplomático y bélico (Escudé, 2000).
Desde el inicio de las hostilidades, el gobierno peruano encabezado por el arquitecto Fernando Belaúnde Terry adoptó una posición firme de apoyo a la República Argentina. A través de acciones diplomáticas y declaraciones oficiales, el Perú condenó enérgicamente la “actitud colonialista” de Gran Bretaña y reivindicó los legítimos derechos de Argentina sobre el archipiélago malvinense. Esta postura reflejaba los estrechos lazos históricos, culturales y políticos que unen a ambas naciones sudamericanas (Escudé, 2000).
Antecedentes del Conflicto de las Malvinas
Las Islas Malvinas, un archipiélago ubicado en el Atlántico Sur, han sido motivo de disputa entre Argentina y Gran Bretaña durante décadas. Las raíces del conflicto se remontan a la época colonial, cuando ambas potencias rivalizaron por el control de estos territorios estratégicamente ubicados (Kohen, 2022).
En 1833, el Reino Unido expulsó por la fuerza a la guarnición argentina que se encontraba en las islas, estableciendo su dominio sobre el archipiélago. A partir de ese momento, Argentina nunca renunció a sus reclamos de soberanía sobre las Malvinas, considerándolas parte integral de su territorio nacional (Kohen, 2022).
Durante gran parte del siglo XX, las negociaciones diplomáticas entre Argentina y Gran Bretaña no lograron resolver la disputa de manera pacífica. Mientras que Buenos Aires insistía en su legítimo derecho sobre las islas, Londres se aferraba a mantener su control sobre el archipiélago, alegando razones estratégicas y la autodeterminación de los isleños (Kohen, 2022).
Fue en este contexto de tensión diplomática persistente que se produjo el desembarco argentino en las Malvinas el 2 de abril de 1982. Esta acción militar, liderada por la Junta Militar que gobernaba Argentina en ese momento, desencadenó un conflicto bélico de corta duración, pero de gran impacto geopolítico en la región (Kohen, 2022).
El Inicio del Conflicto
El 2 de abril de 1982 marcó un hito en la historia de las relaciones entre Argentina y Gran Bretaña. Ese día, fuerzas militares argentinas desembarcaron en las Islas Malvinas, un archipiélago ubicado en el Atlántico Sur que había sido controlado por el Reino Unido desde 1833. Esta acción audaz fue llevada a cabo por orden de la Junta Militar que gobernaba Argentina en ese momento, encabezada por el teniente general Leopoldo Galtieri. El objetivo era recuperar la soberanía sobre estos territorios, reivindicando los reclamos históricos de Argentina sobre las islas (Moro, 2007).
La operación de desembarco, denominada “Operación Rosario”, involucró alrededor de 600 efectivos de las fuerzas armadas argentinas, quienes tomaron por sorpresa a la pequeña guarnición británica presente en las islas. En cuestión de horas, las tropas argentinas lograron tomar el control de Puerto Argentino (previamente conocido como Puerto Stanley) y otras áreas clave del archipiélago. Los habitantes isleños, de ascendencia mayoritariamente británica, quedaron atrapados en medio del conflicto armado que se avecinaba (Moro, 2007).
La respuesta del gobierno británico encabezado por la primera ministra Margaret Thatcher no se hizo esperar. Considerando la ocupación de las Malvinas como un acto de agresión inaceptable, Londres movilizó inmediatamente una fuerza de tareas naval y aérea de grandes proporciones para recuperar el control de las islas. Esta operación militar, conocida como “Operación Corporación”, involucró a más de 25.000 efectivos, incluidos buques de guerra, submarinos, aviones de combate y unidades terrestres de elite (Moro, 2007).
Las hostilidades entre ambos bandos no tardaron en estallar. A medida que las fuerzas británicas se acercaban a las Malvinas, se produjeron enfrentamientos navales y aéreos de gran intensidad. Embarcaciones como el HMS Sheffield y el crucero argentino General Belgrano fueron hundidas por ataques con misiles, cobrando un alto precio en vidas humanas. Ambos países luchaban con determinación por defender lo que consideraban sus legítimos derechos sobre el archipiélago, mientras la comunidad internacional observaba con creciente preocupación el desarrollo del conflicto (Moro, 2007).
El Apoyo de Perú a Argentina en la Guerra de las Malvinas
Cuando estalló el conflicto de las Malvinas en abril de 1982, el Perú no dudó en manifestar su respaldo a la causa argentina. Existían lazos históricos, culturales y políticos profundos entre ambas naciones sudamericanas, lo que motivó al gobierno peruano a asumir una postura firme de solidaridad con Buenos Aires en este diferendo diplomático y bélico contra Gran Bretaña (Zuzunaga Ruiz, 2021).
Desde el inicio de las hostilidades, el presidente Fernando Belaúnde Terry condenó enérgicamente la “actitud colonialista” de Londres y reivindicó los legítimos derechos de Argentina sobre el archipiélago malvinense. Esta posición se materializó en acciones diplomáticas concretas, como el retiro del embajador peruano en el Reino Unido y el respaldo a las resoluciones de la Organización de Estados Americanos (OEA) que respaldaban la soberanía argentina sobre las islas (Zuzunaga Ruiz, 2021).
Pero el apoyo peruano no se limitó únicamente al ámbito diplomático. En un gesto sin precedentes, el gobierno autorizó el envío de suministros militares y ayuda humanitaria a Argentina. Aviones de la Fuerza Aérea Peruana transportaron toneladas de material bélico, incluyendo municiones, cohetes y misiles, vital para reforzar las capacidades defensivas argentinas en las Malvinas. Además, se brindó asistencia médica y se enviaron medicamentos para atender a los soldados heridos (Zuzunaga Ruiz, 2021).
Esta colaboración militar y logística no estuvo exenta de riesgos para el Perú. Existía la amenaza latente de represalias por parte de Gran Bretaña, una potencia militar formidable en ese momento. No obstante, el gobierno peruano priorizó su compromiso con la causa argentina y la defensa del principio de autodeterminación de los pueblos por encima de posibles consecuencias diplomáticas o económicas (Zuzunaga Ruiz, 2021).
El Desenlace de la Guerra de las Malvinas
Después de semanas de intensos combates terrestres, navales y aéreos, la batalla decisiva se libró en la capital de las Islas Malvinas, Puerto Argentino. Las fuerzas británicas, respaldadas por una abrumadora superioridad en recursos militares y apoyo logístico, lanzaron una ofensiva final para recuperar el control del archipiélago (Razoux, 2002).
Los defensores argentinos, encabezados por el general Mario Benjamín Menéndez, se encontraban en inferioridad numérica y sufrían de un grave agotamiento de suministros y municiones. A pesar de su tenaz resistencia, las tropas británicas lograron avances significativos, capturando posiciones clave como los montes Longdon, Tumbledown y Wireless Ridge en feroces enfrentamientos (Razoux, 2002).
Ante la inminente derrota militar y el riesgo de un baño de sangre aún mayor, el gobierno argentino encabezado por Leopoldo Galtieri se vio obligado a aceptar los términos de rendición impuestos por Gran Bretaña. El 14 de junio de 1982, se firmó el cese al fuego que puso fin a las hostilidades, dejando un saldo trágico de más de 900 vidas perdidas entre ambos bandos (Razoux, 2002).
Las consecuencias del conflicto fueron devastadoras para Argentina. Además de la pérdida de vidas humanas y el desgaste material, la derrota militar precipitó la caída del régimen de la Junta Militar, abriendo las puertas a la transición hacia la democracia. En el plano diplomático, el país sudamericano sufrió un duro revés al no lograr su objetivo de recuperar la soberanía sobre las Malvinas, dejando abierta una herida que perduró durante décadas en su política exterior (Razoux, 2002).
Referencias
Escudé, C. &. (2000). Historia de las relaciones exteriores argentinas. . Buenos Aires: Grupo Editor Latinoamericano.
Kohen, M. G. (2022). La rebeldía en palabras y hechos: historia y derecho en la cuestión de las Islas Malvinas. . Argentina: Cámara de Diputados de la Nación.
Moro, R. (2007). La Guerra Inaudita: Historia del Conflicto del Atlántico Sur. Argentina: Ediciones Tribuna.
Razoux, P. (2002). La guerra de las Malvinas. DOSSIER 1, 9-28.
Zuzunaga Ruiz, R. (15 de Octubre de 2021). El Comercio. Obtenido de La historia de cómo se gestó el apoyo del Perú a Argentina en la Guerra de las Malvinas: https://elcomercio.pe/mundo/latinoamerica/argentina-vs-peru-la-historia-de-como-se-gesto-el-apoyo-del-peru-a-argentina-en-la-guerra-de-las-malvinas-noticia/