Artículo de información

José Carlos Botto Cayo y Abel Marcial Oruna Rodríguez

11 de marzo del 2024

María Trinidad Enríquez Ladrón de Guevara marcó un hito en la historia del Perú al convertirse en la primera mujer en cursar estudios universitarios en el país y en toda Sudamérica. Rompió barreras al ingresar a la carrera de Derecho, profesión que por mucho tiempo había estado vetada para las mujeres. Su perseverancia y brillante trayectoria académica la llevaron a ser la primera jurista femenina en el Perú (García, 2022).

Desde muy joven, María Trinidad destacó por su precocidad intelectual y su incansable anhelo de conocimiento. Cultivó diversos campos más allá del ámbito legal, como la poesía, el ensayo y la traducción de obras clásicas. Sin embargo, su mayor legado fue abrir las puertas de la educación superior y las profesiones liberales a las mujeres de su época, impulsando la igualdad de oportunidades. Sus logros la convirtieron en un símbolo de los esfuerzos por mejorar la condición de las mujeres y las clases populares en el Perú del siglo XIX (García, 2022).

Historia

María Trinidad Enríquez Ladrón de Guevara nació en el Cusco, Perú, en una familia acomodada a mediados del siglo XIX. Desde muy pequeña mostró una insaciable curiosidad intelectual y un anhelo por adquirir conocimientos que iban más allá de lo que se esperaba de una mujer en su época (Flores Heredia, 2022).

A pesar de las convenciones sociales imperantes, los padres de María Trinidad la alentaron a estudiar y desarrollar sus habilidades. Contó con el invaluable apoyo familiar para cultivar su pasión por el saber desde muy joven (Flores Heredia, 2022).

En sus primeros años, tuvo la oportunidad de instruirse con prominentes académicos y religiosos. Entre sus mentores se encontraban figuras que fomentaron su interés por las letras, la filosofía y otras disciplinas. Recibió lecciones de reconocidos eruditos de la época (Flores Heredia, 2022).

Esta sólida formación inicial, impulsada por su familia y guiada por ilustres maestros, sentó las bases para que María Trinidad, posteriormente, emprendiera estudios superiores inusuales para una mujer de mediados del siglo XIX en el Perú (Flores Heredia, 2022).

Rompiendo moldes: El ingreso a la universidad

Impulsada por su sed de conocimiento y su deseo de superar las barreras impuestas a las mujeres, María Trinidad Enríquez decidió dar un paso sin precedentes: ingresar a la Universidad Nacional de San Antonio Abad del Cusco, para estudiar Derecho. Esta determinación la convirtió en la primera mujer en pisar las aulas universitarias no solo en el Perú, sino en toda Sudamérica (García, 2022).

El camino no fue fácil. Las autoridades de la prestigiosa casa de estudios se negaron en un inicio a aceptar su solicitud, aduciendo que una mujer no podía formar parte del alumnado. Sin embargo, la tenacidad de María Trinidad fue más fuerte que los convencionalismos de la época (García, 2022).

Tras arduos esfuerzos, logró que se hiciera una excepción y fue admitida finalmente en la Universidad Nacional de San Antonio Abad del Cusco. Su ingreso marcó un hito histórico, abriendo las puertas de la educación superior a futuras generaciones de mujeres peruanas (García, 2022).

Una vez dentro de las aulas, María Trinidad demostró su valía intelectual y su compromiso inquebrantable con sus estudios. A pesar de las miradas escépticas, su brillante desempeño académico dejó en claro que era tan capaz como cualquier otro estudiante varón (García, 2022).

Años de tenacidad y desafíos en las aulas

A lo largo de su formación en Derecho, María Trinidad Enríquez tuvo que enfrentar constantemente las dudas y prejuicios arraigados en torno al papel de la mujer en la sociedad peruana de mediados del siglo XIX. Sin embargo, lejos de desfallecer, respondió con perseverancia y determinación inquebrantable (Binder, Fandiño, & Del Solar, 2020).

En un entorno predominantemente masculino, su presence suscitaba miradas y comentarios escépticos de quienes consideraban impensable que una mujer pudiera destacar en una carrera tan exigente como la jurídica. No obstante, María Trinidad se mantuvo firme en su convicción y esfuerzo académico (Binder, Fandiño, & Del Solar, 2020).

Sus calificaciones y profundo conocimiento del Derecho Civil y Canónico demostraron con creces su capacidad intelectual, dejando en evidencia que el género no era impedimento alguno para el éxito académico. Cada obstáculo que superaba representaba un triunfo para ella y para la causa de la igualdad educativa (Binder, Fandiño, & Del Solar, 2020).

La perseverancia y tesón de María Trinidad Enríquez en sus años universitarios fueron la antesala del hito que marcaría en 1875, al convertirse en la primera abogada del Perú. Un logro que rompió moldes y que abriría el camino a futuras generaciones de mujeres peruanas (Binder, Fandiño, & Del Solar, 2020).

La trayectoria profesional de María Trinidad Enríquez

María Trinidad Enríquez obtuvo su título de abogada en el año 1875, convirtiéndose en la primera mujer peruana y sudamericana en lograr esta distinción profesional. Su ingreso al ejercicio de la abogacía representó un hito trascendental en la lucha por la igualdad de oportunidades para la mujer en el ámbito jurídico (Claros, 2022).

En su práctica profesional, ejerció de manera independiente en la ciudad del Cusco, su lugar de origen. Se distinguió por la defensa de causas relacionadas con sectores vulnerables de la población, brindando asesoría legal a indígenas, campesinos y grupos populares que históricamente carecían de representación jurídica adecuada (Claros, 2022).

Si bien su formación principal fue en el campo del Derecho, Enríquez demostró ser una intelectual polifacética. Incursionó en disciplinas como la poesía, el ensayo y la traducción de obras clásicas, enriqueciendo con sus aportes el acervo cultural peruano de la época. Sus escritos abordaron temáticas sociales, filosóficas y literarias (Claros, 2022).

Últimos años y fallecimiento

Además de su brillante trayectoria como abogada, María Trinidad Enríquez demostró un compromiso activo con causas sociales y el desarrollo de su comunidad. En 1876 fundó la Sociedad de Artesanos del Cuzco, una organización enfocada en promover los intereses de los trabajadores artesanales de la región (Claros, 2022).

Su labor por dar voz a los sectores populares también se manifestó a través de la fundación de la publicación «La Voz del Cuzco» en 1891. Esta revista de carácter «radical» sirvió como plataforma para difundir ideas y preocupaciones sociales entre los artesanos de la localidad cusqueña (Claros, 2022).

En sus últimos años de vida, María Trinidad Enríquez siguió fiel a su espíritu visionario e incansable. Trabajó incansablemente como educadora, impartiendo lecciones a mujeres jóvenes y fomentando su acceso a la instrucción, rompiendo paradigmas de una época que limitaba las oportunidades para el género femenino (Flores Heredia, 2022).

El 20 de abril de 1891, María Trinidad Enríquez Ladrón de Guevara falleció en la ciudad de Lima a la edad de 44 años. Su partida representó la conclusión de una vida dedicada a abrir caminos, desafiar convenciones sociales y luchar por la igualdad de derechos para las mujeres peruanas (Flores Heredia, 2022).

Referencias

Binder, A., Fandiño, M., & Del Solar, M. J. (2020). El ejercicio de la abogacía en América Latina: en la búsqueda de una agenda de trabajo. Santiago, Chile: Centro de Estudios de Justicia de las Américas, CEJA.

Flores Heredia, G. (2022). Revista de la Facultad de Derecho y Ciencia Política Vol. 11, n.º 12, julio-diciembre, 253-273.

García, M. (29 de Abril de 2022). El Comercio. Obtenido de María Trinidad Enríquez, la primera peruana en estudiar Derecho en el siglo XIX: https://elcomercio.pe/archivo-elcomercio/maria-trinidad-enriquez-la-primera-peruana-en-estudiar-derecho-en-el-siglo-xix-feminismo-cusco-abogada-nnsp-noticia/