Artículo de información

José Carlos Botto Cayo y Abel Marcial Oruna Rodríguez

31 de octubre del 2023

La participación de los jóvenes en el combate del monitor Huáscar durante la Guerra del Pacífico (1879-1883) entre Perú y Chile, representa uno de los episodios más conmovedores de este conflicto bélico. La dotación del buque, comandado por el contralmirante Miguel Grau, estaba conformada mayoritariamente por grumetes adolescentes procedentes de las escuelas navales. Estos valerosos muchachos, con edades entre los 13 y 17 años, cumplieron un rol crucial en la defensa del monitor y en las victorias obtenidas frente a la armada chilena.

Pese a su corta edad y falta de experiencia, los grumetes del Huáscar demostraron un enorme coraje y patriotismo. En medio de intensos bombardeos y abordajes enemigos, ellos respondieron al llamado del deber sin dudarlo. La proeza del monitor no habría sido posible sin el aporte de estos jóvenes marineros, quienes lucharon hombro con hombro junto a sus superiores en una contienda claramente desigual. Su historia es un ejemplo del patriotismo del pueblo peruano.

Los jóvenes del monitor Huáscar

Uno de los aspectos más singulares de la dotación del Huáscar era la presencia mayoritaria de adolescentes y jóvenes en la tripulación. Muchos de ellos eran grumetes de entre 13 y 17 años que habían egresado recientemente de la Escuela Naval del Perú (Editor, 2019).

Estos muchachos asumieron un rol protagónico durante los combates librados por el monitor en la Guerra del Pacífico. Cumplían funciones vitales como artilleros, vigías y asistentes de cubierta, exponiéndose a los mayores peligros. Demostraron un patriotismo y valentía encomiables, muy por encima de lo esperado para su corta edad (Editor, 2019).

El alistamiento voluntario

Cuando estalló la Guerra del Pacífico, muchos jóvenes cadetes de la Escuela Naval del Perú se presentaron voluntariamente para servir en el monitor Huáscar, movilizados por un profundo espíritu patriótico. Aún no habían egresado como Guardiamarinas, pero estaban dispuestos a dejarlo todo para defender el honor nacional. Su entusiasmo por servir a la patria fue definitivo para conformar la tripulación (Mould Távara, 1951).

A bordo del monitor Huáscar, los grumetes desarrollaban sus funciones con entereza y disciplina. Las duras condiciones y los peligros del mar templaron el carácter de estos adolescentes, forjando lazos de camaradería. Compartiendo día a día en el reducido espacio del buque, se cuidaban mutuamente como hermanos (Mould Távara, 1951).

En medio de los combates, los grumetes dieron muestras continuas de valor. Cumpliendo con sus puestos de combate, respondían los ataques enemigos con patriotismo y coraje admirables. Muchos resultaron heridos, pero siguieron resistiendo junto a sus compañeros, luchando por su patria hasta el final con honor (Mould Távara, 1951).

La actuación del Huáscar, que pasaría a la historia por sus resonantes triunfos frente a la armada chilena, no habría sido posible sin el aporte crucial de estos jóvenes marineros. Su entrega y heroísmo en la defensa del honor nacional inspiraron al Perú entero. La proeza del monitor lleva para siempre el sello de estos adolescentes que, como David frente a Goliat, lucharon incansablemente por su patria (Editor, 2019).

Los jóvenes

La dotación del monitor Huáscar durante la Guerra del Pacífico estaba conformada mayoritariamente por jóvenes grumetes y cadetes navales. Entre ellos se destacaron el valiente Jacinto López, de apenas 15 años, quien resultó herido pero siguió en su puesto, y el extraordinario Santiago Medina de 17 años, que sobrevivió al combate de Angamos y estuvo prisionero en Chile.

Jacinto López

Uno de los grumetes más jóvenes a bordo del monitor Huáscar fue el adolescente Jacinto López, quien contaba con alrededor de 15 años cuando se produjo el combate naval de Angamos en 1879. López había ingresado recientemente a la Escuela Naval motivado por un profundo espíritu patriótico. Durante la feroz batalla en la que el Huáscar fue rendido, este valiente muchacho resultó gravemente herido, pero no abandonó su puesto y siguió apoyando la artillería del monitor con enorme entereza (Mould Távara, 1951).

Tras la captura de la nave, López corrió la misma suerte que decenas de tripulantes que fueron hechos prisioneros. Pese a su corta edad, demostró gran valor y solidaridad con sus compañeros durante el duro cautiverio en campamentos chilenos. En 1880, después de sobrevivir meses de penurias, López pudo ser liberado gracias a un canje de prisioneros y regresó al Perú como un joven marino templado en el fragor de la batalla (Mould Távara, 1951).

El grumete Medina

Uno de los personajes más extraordinarios que participó en el combate naval de Angamos fue el grumete peruano Santiago Medina. Con apenas 17 años de edad, este valiente muchacho se integró a la tripulación del monitor Huáscar bajo el mando del contraalmirante Miguel Grau. Medina había ingresado un año antes a la Escuela Naval del Perú, animado por un firme espíritu patriótico (Angulo, 2023).

El 8 de octubre de 1879, Medina vivió en primera línea el feroz enfrentamiento en el que el Huáscar fue finalmente rendido por fuerzas chilenas superiores. Durante el combate, el grumete resultó herido por esquirlas, pero siguió en su puesto apoyando la artillería. Cuando todo parecía perdido, saltó al mar y a nado alcanzó el bote salvavidas en el que logró ponerse a salvo junto a otros marineros (Angulo, 2023).

Tras ser apresado, el adolescente fue llevado como prisionero de guerra a Chile. Allí sobrevivió a las deplorables condiciones del campamento de prisioneros en la isla Quiriquina. En 1880 fue liberado y pudo regresar al Perú, donde fue recibido como un héroe. Pese a su corta edad, se había forjado en el fragor del combate como un marino ejemplar (Angulo, 2023).

El cautiverio

Tras la captura del Huáscar, los tripulantes peruanos sobrevivientes fueron hechos prisioneros por Chile. Entre ellos había numerosos adolescentes y grumetes que protagonizaron un dramático cautiverio. Estos jóvenes fueron confinados en campamentos chilenos, donde padecieron terribles penurias (Orellana Briceño, 2019).

Los grumetes del Huáscar soportaron en su cautiverio condiciones insalubres, frío extremo, racionamientos mínimos y trato vejatorio por parte de sus guardianes. Muchos enfermaron gravemente y algunos fallecieron producto de las privaciones. Pese a su corta edad, demostraron entereza y solidaridad para sobrellevar esa dolorosa experiencia (Orellana Briceño, 2019).

Recién a mediados de 1880, gracias a un canje de prisioneros, los últimos grumetes del Huáscar pudieron ser liberados y regresar al Perú. Habían estado cautivos por más de 6 meses (Orellana Briceño, 2019).

Referencias

Angulo, J. (8 de Octubre de 2023). Infobae. Obtenido de El grumete Medina, el héroe de 17 años que peleó con Miguel Grau y sobrevivió al Combate de Angamos: https://www.infobae.com/peru/2023/10/08/el-grumete-medina-el-heroe-peruano-de-17-anos-que-peleo-con-miguel-grau-y-sobrevivio-al-combate-de-angamos/

Editor. (8 de Octubre de 2019). El Comercio. Obtenido de La fascinante historia del Huáscar, el barco que divide a Perú y Chile desde hace 140 años: https://elcomercio.pe/mundo/latinoamerica/huascar-la-fascinante-historia-del-barco-que-divide-a-peru-y-chile-desde-hace-140-anos-y-que-tiene-que-ver-con-la-guerra-del-pacifico-combate-de-angamos-noticia/

Orellana Briceño, M. S. (25 de Junio de 2019). Revista marina. Obtenido de Los náufragos prisioneros: relato de un cautiverio: https://revistamarina.cl/es/articulo/los-naufragos-prisioneros-relato-de-un-cautiverio