Artículo de información
José Carlos Botto Cayo y Abel Marcial Oruna Rodríguez
25 de julio del 2023
La amistad entre Salvador Dalí y Federico García Lorca, dos grandes iconos del arte y la literatura española del siglo XX, ha sido objeto de interés y debate durante décadas. Las vidas de dos genios con personalidades carismáticas y ricos talentos se entrelazan en un trasfondo cultural lleno de creatividad e innovación. Hay que destacar, que tras la superficie de una estrecha amistad y admiración mutua se esconde una relación compleja, matizada y contradictoria.
La Residencia
En los años 20, la Residencia de Estudiantes de Madrid se convirtió en un lugar de encuentro para personalidades destacadas como Marie Curie, Le Corbusier, Einstein, Ravel, Manuel de Falla, Stravinsky, entre otros. Además de conferencias, se ampliaron las actividades de divulgación con publicaciones y ediciones de revistas especializadas. Juan Ramón Jiménez participó activamente en la redacción de la revista Residencia, donde se detallaban las conferencias y se sugerían nuevas publicaciones (Caparrós Masegosa, 2022).
La Residencia también promovía actividades para los estudiantes, incluido el fomento del deporte y la formación de equipos de fútbol, atletismo, tenis y otros deportes. Las visitas culturales a centros de arte y museos también eran comunes, gracias al interés de José Moreno Villa, un residente destacado y pintor (Caparrós Masegosa, 2022).
La diversidad de estudiantes en la Residencia, con edades cercanas a los quince años, favorecía la interacción social y la heterogeneidad de futuros triunfadores en distintas especializaciones (Caparrós Masegosa, 2022).
La amistad y complicidad entre Lorca y Dalí fue creciendo con el tiempo, a pesar de sus personalidades contrastantes. Juntos, participaron en diversas actividades creativas, como los «putrefactos», una serie de dibujos grotescos que reflejaban su visión crítica de la sociedad conservadora (Caparrós Masegosa, 2022).
También conocieron a Luis Buñuel y otros poetas como Rafael Alberti. Lorca y Dalí actuaron juntos en una versión de Don Juan Tenorio dirigida por Buñuel. Durante esos años, Dalí pintó un retrato de Buñuel y le regaló un bodegón de inspiración cubista y esencialista, que Lorca colgó en su habitación. Ambos tuvieron un impacto significativo en la Institución, aunque Dalí fue expulsado definitivamente en 1926 debido a su conducta (Juncosa, s.f.).
La película «Un chien andalou» (Un perro andaluz) ha sido objeto de diversas interpretaciones en relación con su título y su contenido. Se ha sugerido que el «perro andaluz» del título podría referirse a Federico García Lorca, con una intención ofensiva hacia el poeta, y que Dalí y Buñuel se alejaron de él al hacer la película. Sin embargo, no existe evidencia concluyente para confirmar esta interpretación, y la película en sí misma es una obra surrealista que desafía interpretaciones literales (Juncosa, s.f.).
La Residencia de Estudiantes se convirtió en un lugar inspirador y enriquecedor para estos jóvenes talentos, cuyas experiencias y amistades influirían en su futuro desarrollo artístico y cultural (Caparrós Masegosa, 2022).
Después de La Residencia
Después de su tiempo en la Residencia de Estudiantes, Dalí viajó a París, mientras que Lorca visitó Nueva York y La Habana durante sus viajes a América. En esos lugares, Lorca escribió dos de sus obras más vanguardistas, «Poeta en Nueva York» y «El público» (Juncosa, s.f.).
La amistad entre Dalí y Lorca dio lugar a intercambios artísticos significativos. Lorca dedicó un poema magnífico a Dalí, titulado «Oda a Salvador Dalí», y Dalí pintó el cuadro «Sant Sebastià» en honor al poeta. Además, ambos planearon colaborar en el libro inconcluso «Cuaderno de los Putrefactos», donde los dibujos grotescos de Dalí se acompañaban de textos escritos por Lorca (Juncosa, s.f.).
En 1935, se volvieron a encontrar en Barcelona, con la presencia de Gala. En esta ocasión, discutieron sobre la posibilidad de colaborar en una ópera sobre Wagner y Luis II de Baviera. Trágicamente, la muerte de Lorca en 1936 marcó el fin de su relación (Juncosa, s.f.).
Después de la muerte de Lorca, Dalí pintó «El enigma sin fin» en 1937, donde aparece su retrato, y décadas más tarde, realizó «Torero alucinógeno» en memoria del poeta. Ambos artistas reflejaron una pasión absoluta por explorar nuevos horizontes artísticos y culturales, y su legado impactó significativamente en el arte de su tiempo y su país (Juncosa, s.f.).
Las cartas de Dalí y Lorca
La pasión y complejidad de la relación entre Salvador Dalí y Federico García Lorca se hace evidente en las cartas que intercambiaron durante los años 20 y 30. Aunque el pintor y el poeta eran íntimos amigos, su vínculo trascendía lo convencional y se caracterizaba por un amor erótico y trágico que no podían compartir abiertamente. Dalí, en una carta de 1928, expresa su deseo de ser una cura para la «borrasca cristiana» de Lorca con su «paganismo», aludiendo a su atracción mutua y al deseo de vivir juntos una experiencia artística y creativa (Geli, 2013).
El epistolario entre estos dos genios, que abarca desde 1923 hasta 1936, es un juego de seducción e intelecto. En él, se encuentran referencias sexuales, críticas literarias y dibujos que muestran la complicidad entre ambos. Aunque nunca se menciona explícitamente, se intuye una pulsión homosexual que afectó la continuidad del intercambio epistolar, pues muchas de las cartas de Lorca a Dalí desaparecieron, posiblemente debido a la intervención de Gala, la esposa de Dalí, por celos (Geli, 2013).
El distanciamiento entre Dalí y Lorca también se vio influenciado por Luis Buñuel, quien, celoso de la relación, contribuyó a crear una brecha entre ellos. A pesar de esto, Dalí tuvo una época «lorquiana» en su obra, y ambos dejaron huellas artísticas en su relación, como la pieza teatral «Mariana Pineda» con figurines del pintor (Geli, 2013).
El legado de su amistad perdura, y tras la muerte de Gala, Dalí lamentó no haber insistido lo suficiente para que Lorca lo acompañara a Italia en 1936. En su lecho de muerte, Dalí repetía una sola frase: «Mi amigo Lorca», recordando la profunda conexión que habían compartido en su juventud en la Residencia de Estudiantes de Madrid, donde se conocieron en compañía de Buñuel (Geli, 2013).
Referencias
Caparrós Masegosa, L. (12 de Marzo de 2022). Digibug. Obtenido de Salvador Dalí y Federico García Lorca: Amistad, sexualidad y arte: https://digibug.ugr.es/bitstream/handle/10481/66314/ROMERO_ZALDUENDO_digibug_compressed.pdf?sequence=1&isAllowed=y
Geli, C. (17 de Julio de 2013). El País. Obtenido de Dalí y Lorca, cartas de seducción: https://elpais.com/cultura/2013/06/17/actualidad/1371498538_661276.html
Juncosa, E. (s.f.). Archivo pdp. Obtenido de El jardín marino: http://www.archivopdp.unam.mx/index.php/1064-el-jardin-marino/el-jardin-marino/3335-071-el-jardin-marino-el-jardin-marino-salvador-dali-federico-garcia-lorca