Artículo de información
José Carlos Botto Cayo y Abel Marcial Oruna Rodríguez
25 de febrero del 2024
La histórica reunión de Guayaquil, efectuada entre el 26 y 29 de julio de 1822, marcó un hito fundamental en el avance del proyecto independentista sudamericano. En este encuentro se dieron cita los dos más grandes líderes libertadores del momento: el argentino José de San Martín y el venezolano Simón Bolívar. Si bien los detalles de lo conversado no han trascendido con exactitud, se sabe que el propósito de San Martín era coordinar con el Libertador un plan conjunto de operaciones para consolidar la emancipación del virreinato del Perú (Cohen, 1979).
Sin embargo, los dos próceres tenían ambiciones y visiones geopolíticas distintas. Mientras San Martín buscaba establecer monarquías constitucionales en los nuevos estados, Bolívar abogaba por un proyecto republicano. Tras la reunión, San Martín tomó la decisión de retirarse de la lucha emancipadora, dejando a Bolívar continuar solo con la proeza independentista que él había iniciado en Lima. El legado de este encuentro sentó las bases para la posterior creación de la República de Bolivia y la definitiva liberación de Perú y el Alto Perú bajo el liderazgo de Bolívar y Sucre (Cohen, 1979).
Antecedentes de la histórica reunión
La independencia de Perú había sido declarada en 1821 luego de la entrada triunfal del ejército libertador de San Martín a Lima. Sin embargo, la situación aún era precaria, con focos realistas en la sierra andina. San Martín buscaba entonces afianzar la emancipación peruana y para ello consideró fundamental un acercamiento con Bolívar, líder indiscutido del movimiento independentista tras sus victorias en el norte (Cabral, 1884).
Por su parte, Bolívar había logrado la independencia de Colombia en la batalla de Boyacá un año antes, en 1819. Desde ahí su protagonismo militar y político creció rápidamente en Suramérica. El Libertador ya planteaba en sus cartas la necesidad de conformar un solo gran estado en la parte libre de América antes que varios pequeños países débiles (Cabral, 1884).
Así, ante la compleja situación que aún atravesaban las Provincias Unidas del Río de la Plata, Chile y el Perú recientemente liberado, San Martín consideró oportuno invitar a Bolívar a una reunión en la ciudad ecuatoriana de Guayaquil, entonces parte de la Gran Colombia fundada por el venezolano, para coordinar planes militares conjuntos con el fin de terminar de expulsar a los españoles de Perú y el Alto Perú (Cabral, 1884).
El encuentro se desarrolló entre el 26 y 29 de julio de 1822. Lo que no imaginaban los libertadores es que esa reunión marcaría un punto de inflexión en sus destinos como líderes independentistas, con repercusiones clave para la organización política de las nuevas naciones surgidas tras romper las cadenas coloniales (Cabral, 1884).
La ambiciosa visión americanista de San Martín
Si bien el propósito manifiesto de San Martín para reunirse con Bolívar era coordinar la estrategia militar para completar la independencia del Perú, su visión geopolítica iba más allá. San Martín aspiraba a sentar las bases de una federación de las nuevas repúblicas americanas, tal como lo había declarado en sus proclamas previas y lo ratificó en Guayaquil (Rosales Valenzuela, 2021).
Planteó a Bolívar la urgencia de dar una organización sólida al Perú, para desde ahí “concluir la guerra con un golpe decisivo sobre el Alto Perú y concluir así la campaña gloriosa de la independencia americana”. Esto refleja su pensamiento americanista: la emancipación como proceso continental (Rosales Valenzuela, 2021).
Asimismo, San Martín buscó convencer a Bolívar de adoptar monarquías constitucionales, con príncipes europeos, para los nuevos estados. Creía que ese sistema otorgaría estabilidad política y facilitaría el reconocimiento internacional de las jóvenes naciones. Bolívar rechazó la propuesta, abogando por repúblicas independientes (Rosales Valenzuela, 2021).
Pese a sus diferencias, en varias ocasiones San Martín manifestó su deseo de servir bajo las órdenes de Bolívar para culminar la gesta independentista en el Alto Perú. Esta disposición denota su espíritu americanista y su compromiso con la libertad regional por sobre sus intereses personales (Rosales Valenzuela, 2021).
La irrevocable postura republicana de Bolívar
Para Bolívar estaba claro que la única opción política viable para las nuevas naciones americanas independizadas era la república. En sus intervenciones durante el encuentro dejó establecido su rechazo absoluto ante cualquier posibilidad monárquica, incluso con príncipes europeos como planteaba San Martín (Cohen, 1979).
Según las actas de la reunión, Bolívar argumentó que los pueblos estaban convencidos del sistema republicano así como los jefes del ejército que lucharon por la independencia bajo ese ideal. Advertía que ningún militar aceptaría jamás ver llegar a un rey a reinar en las tierras regadas con la sangre de los americanos en los campos de batalla (Cohen, 1979).
Pese a sus diferencias sobre la forma de gobierno, Bolívar coincidía con San Martín en la necesidad de concluir la guerra de independencia en el Alto Perú de forma rápida y contundente. Sin embargo, dejó claro que bajo ningún concepto aceptaría la monarquía en los territorios liberados, sellando el destino republicano de las nuevas naciones (Cohen, 1979).
Tras la firme exposición de principios de Bolívar, San Martín no tuvo más opción que ceder ante la inquebrantable decisión del Libertador de materializar el sueño emancipador bajo un sistema democrático de gobierno, sin reyes en América (Cohen, 1979).
Consecuencias del encuentro de los Libertadores
Uno de los principales resultados de la entrevista fue la decisión de San Martín de abandonar el Perú y retirarse de la actividad militar tras no hallar acuerdos con Bolívar. Esto dejó a Bolívar como máxima figura independentista para finalizar la lucha en el Alto Perú y establecer un sistema republicano en la región (Urriza, 2007).
Otra consecuencia fue el ofrecimiento de San Martín a Bolívar de servir a sus órdenes o bajo una jefatura americana común para lograr el objetivo definitivo de expulsar a los españoles de Sudamérica. Si bien Bolívar no aceptó el ofrecimiento en ese momento, destacó el gesto desprendido de San Martín por el bien de la causa americana (Urriza, 2007).
Asimismo, ambos próceres acordaron declarar a Panamá como parte integrante de Colombia. San Martín procuró de este modo complacer los intereses geopolíticos de Bolívar sobre el istmo en aras de alcanzar algún tipo de cooperación militar, aspecto que finalmente no prosperó (Urriza, 2007).
Si bien no se concretó una alianza militar entre los libertadores, el simbolismo de su encuentro sentó ciertas bases políticas fundacionales para la organización independiente de las nuevas naciones surgidas en Sudamérica (Urriza, 2007).
Referencias
Cabral, V. (1884). Historia de San Martin y de la emancipacion sudamericana. Montevideo: La época.
Cohen, S. (1979). El encuentro elusivo: San Martín y Bolívar en Guayaquil. 36 – 43.
Rosales Valenzuela, B. (2021). San Martín, su entrevista con Bolívar en Guayaquil. Spandylus N 22, 5 – 22.
Urriza, M. (2007). San Martín y Bolívar vistos por Perón. Buenos Aires: Calihue.