Artículo de información

José Carlos Botto Cayo y Abel Marcial Oruna Rodríguez

5 de marzo del 2024

Fray Vicente de Valverde fue una figura clave en los albores de la presencia española en el Perú. Nacido a principios del siglo XVI en Oropesa, España, Valverde se unió a la Orden Dominica después de estudiar en la prestigiosa Universidad de Salamanca. En 1530, formó parte del grupo de frailes que acompañó a Francisco Pizarro en su expedición de conquista al Perú, desempeñando un rol protagónico en eventos trascendentales como la captura de Atahualpa en Cajamarca en 1532. Tras un breve retorno a España, fue nombrado en 1537 como el primer Obispo del Cuzco por el Papa Paulo III, convirtiéndose en una pieza clave de la estrategia de la Corona española para el establecimiento de estructuras de poder político y religioso en sus nuevos dominios americanos (González Ochoa, 2020).

En su segunda estadía en el Perú, entre 1538 y 1541, Valverde desplegó una intensa actividad amparado en los amplios poderes civiles y eclesiásticos que le fueron conferidos. Además de sus responsabilidades como Obispo y protector de indígenas, tuvo una participación activa en asuntos de gobierno, hacienda real y fundación de iglesias. Su actuación estuvo marcada por los conflictos entre los bandos de Pizarro y Almagro, buscando mediar en la disputa por el control del Cuzco. Si bien su labor evangelizadora directa entre la población nativa parece haber sido limitada, su presencia resultó fundamental para la consolidación de la presencia española y el establecimiento de la institucionalidad colonial en los primeros años de la conquista del Perú (González Ochoa, 2020).

Historia

Fray Vicente de Valverde nació en la ciudad de Oropesa, en la provincia de Toledo, España, probablemente en los primeros años del siglo XVI. Sus padres fueron Francisco de Valverde y Catalina Álvarez, humildes labradores de aquella localidad castellana (Rampe M., 1981).

Desde muy joven, Vicente de Valverde ingresó en la Orden de Predicadores o Dominicos, realizando sus estudios en el convento de San Esteban de Salamanca. Allí recibió una sólida formación teológica y humanística propia de aquella prestigiosa Casa de Estudios, destacando por su aplicación e inteligencia (Rampe M., 1981).

Ya ordenado sacerdote, ejerció diversas responsabilidades dentro de su Orden, alcanzando el grado académico de Presentado en Teología. En 1522 fue nombrado prior del convento dominico de Arica, en la isla de Tenerife (Canarias), cargo que desempeñó por un breve período (Rampe M., 1981).

En 1530 se encontraba residiendo nuevamente en el convento salmantino cuando fue seleccionado, junto a otros frailes dominicos, para integrar la expedición de conquista que Francisco Pizarro estaba organizando rumbo al Perú. Esta designación marcó un giro trascendental en la trayectoria vital de Valverde, quien a sus cuarenta y tantos años de edad se embarcó en una empresa que lo llevaría a desempeñar un papel protagónico en los inicios de la presencia española en las tierras del Tahuantinsuyo (Rampe M., 1981).

El Arribo de Valverde al Perú

Fray Vicente de Valverde llegó al Perú en 1532 como parte de la expedición conquistadora de Francisco Pizarro. Su presencia representaba el componente religioso y evangelizador que la Corona española exigía en toda empresa de conquista y colonización de nuevos territorios (Ferreiro Vázquez, 2013).

Desde los primeros encuentros con los indígenas, Valverde asumió un rol de intérprete y mediador cultural. Fue él quien leyó el conocido «Requerimiento» a los nativos en Cajamarca, previo al violento enfrentamiento que derivó en la captura del Inca Atahualpa. Este controvertido documento buscaba establecer un supuesto marco legal para la conquista (Ferreiro Vázquez, 2013).

En los meses siguientes, mientras los españoles negociaban el rescate de Atahualpa, Valverde aprovechó para iniciar sus primeros intentos de adoctrinamiento religioso entre los nativos. Sin embargo, las barreras lingüísticas y culturales dificultaron una verdadera comprensión mutua durante esta etapa inicial de contacto (Ferreiro Vázquez, 2013).

En 1537, el Papa Paulo III nombró a Valverde como el primer Obispo del Cuzco, antigua capital del Imperio Inca. Este cargo no sólo le otorgaba autoridad religiosa, sino también civiles y judiciales para velar por el buen trato de la población nativa. Por esta razón, Valverde es considerado uno de los primeros «Obispos protectores de indios» en América (Ferreiro Vázquez, 2013).

El Rol de Valverde en el Juicio y Ejecución de Atahualpa

Tras la captura de Atahualpa en Cajamarca, los españoles impusieron un proceso judicial sumario al líder inca, acusándolo de distintos cargos como idolatría, asesinato de Huáscar y rebelión contra la autoridad española. Fray Vicente de Valverde jugó un papel central en este cuestionado juicio. Actuó como intérprete y supuesto protector de Atahualpa, aunque en realidad favoreció los intereses españoles al no cuestionar la legalidad del proceso ni las falsas acusaciones vertidas contra el inca (Spigariol, 2015).

Valverde colaboró en la conversión forzada de Atahualpa al cristianismo poco antes de su ejecución. Según las crónicas, el fraile presionó al inca para que aceptara el bautismo a cambio de ser ejecutado por garrote en vez de quemado vivo, como era costumbre con los herejes e idólatras. Esta maniobra tuvo un trasfondo utilitario, ya que los españoles necesitaban conservar con vida a Atahualpa mientras se completaba la reunión del famoso rescate de oro y plata. La ceremonia del bautismo de Atahualpa fue presenciada por Valverde, quien le impuso el nombre de Juan (Spigariol, 2015).

A pesar de su conversión in extremis, Atahualpa fue ajusticiado por garrote en la plaza de Cajamarca el 26 de julio de 1533, con Valverde presente en el cadalso. Este hecho provocó gran polémica, ya que según el derecho indiano vigente, los indios bautizados y convertidos no podían ser ejecutados sin previo juicio eclesiástico. La participación de Valverde en este cuestionado proceso judicial y su trágico desenlace hizo que el fraile fuera blanco de duras críticas por parte de otros religiosos y autoridades españolas (Spigariol, 2015).

La Vida de Valverde Después del Ajusticiamiento de Atahualpa

Tras la controvertida ejecución de Atahualpa, Valverde continuó acompañando a las fuerzas españolas en su avance hacia el Cuzco. Una vez allí, se dedicó a destruir ídolos y símbolos de la religión inca, iniciando la construcción de las primeras iglesias cristianas sobre las ruinas de antiguos templos incaicos. Sin embargo, su labor evangelizadora directa entre los nativos fue limitada, principalmente debido a las barreras idiomáticas y culturales (Benito, 2016).

En 1537, el Papa Paulo III lo nombró como primer Obispo del Cuzco, convirtiéndose en una de las autoridades españolas más influyentes en el Perú. Además de sus funciones religiosas, Valverde desempeñó un rol activo en asuntos de gobierno, hacienda real y fundación de ciudades e iglesias. Se vio envuelto en los violentos conflictos entre los bandos de Pizarro y Almagro por el control del Cuzco (Benito, 2016).

A pesar de los amplios poderes civiles y eclesiásticos que ostentaba, Valverde encontró grandes dificultades para ejercer su labor de protector de indios. Sus esfuerzos por frenar los abusos y la explotación de la mano de obra nativa chocaron contra los intereses económicos de los encomenderos y las propias autoridades españolas, generando fuertes tensiones (Benito, 2016).

Su buen quehacer se vio truncado por el asesinato de su amigo Pizarro en junio de 1541. Al enterarse del magnicidio, temiendo por su vida, Valverde huyó del Cuzco y se embarcó hacia Panamá. Durante una pequeña escala en la isla de Puná, fue atacado por indios caníbales que lo mataron y devoraron. Así encontró su trágico final este polémico personaje histórico en 1541 (Spigariol, 2015).

Referencias

Benito, J. A. (6 de Enero de 2016). Salamanca rtv al dia. Obtenido de El padre Vicente Valverde, pionero de la evangelización del Perú: https://salamancartvaldia.es/noticia/2016-01-06-el-padre-vicente-valverde-pionero-de-la-evangelizacion-del-peru-196728

Ferreiro Vázquez, Ó. (2013). El destino del Tahuantinsuyo en manos de un intérprete. Mutatis Mutandis. Revista Latinoamericana de Traducción, vol. 6, núm. 1, 96-112.

González Ochoa, J. M. (4 de Febrero de 2020). Dbe rah. Obtenido de Vicente de Valverde: https://dbe.rah.es/biografias/4944/vicente-de-valverde

Rampe M., T. (1981). La actuación del Obispo Vicente de Valverde en el Perú. Historia y cultura 13 – 14, 109 – 125.

Spigariol, M. J. (2015). Cdsa aacademica. Obtenido de Testigo silenciado. Atahualpa, muerte sin justicia. ¿Vio algo que no se podía? ¿Escuchó lo que no querían que saliera a la luz? : https://cdsa.aacademica.org/000-079/315.pdf