Artículo de información
José Carlos Botto Cayo y Abel Marcial Oruna Rodríguez
22 de mayo del 2024
La Campaña de la Sierra fue una serie de operaciones militares cruciales que tuvieron lugar en los escarpados territorios andinos entre Chile y las aliadas Perú y Bolivia durante la Guerra del Pacífico (1879-1884). Tras la victoria chilena en las batallas de Calama y Dolores, las fuerzas bolivianas, apoyadas por contingentes peruanos, se replegaron hacia el interior del territorio boliviano, estableciendo una línea defensiva en la abrupta Cordillera de los Andes (Mendoza Meléndez, 1993).
Esta campaña representó un enorme desafío logístico y estratégico para el ejército chileno invasor. Debieron enfrentar no solo a los ejércitos aliados de Perú y Bolivia bien atrincherados, sino también las duras condiciones geográficas de la sierra boliviana, con sus elevadas cumbres, climas extremos y escasez de recursos. A pesar de estas adversidades, los chilenos lograron avanzar hacia el corazón de Bolivia, obteniendo importantes victorias que sellarían el destino de la guerra en favor de Chile y en detrimento de los aliados Perú y Bolivia (Mendoza Meléndez, 1993).
Inicio de la Campaña de la Sierra
Después de las batallas de San Francisco y Tarapacá, en las que Chile había logrado importantes victorias sobre las fuerzas aliadas de Perú y Bolivia, la guerra parecía inclinarse a favor de los chilenos. Sin embargo, los ejércitos peruano y boliviano no estaban dispuestos a rendirse y se replegaron hacia las agrestes regiones de la Cordillera de los Andes para reorganizarse y preparar una línea defensiva formidable (Bulnes, 1919).
La decisión de las fuerzas aliadas de trasladar el teatro de operaciones a la sierra planteó un enorme desafío logístico para el ejército chileno. Además de enfrentar a un enemigo bien atrincherado y motivado, deberían superar las dificultades impuestas por el terreno montañoso, los caminos escarpados, los climas extremos y la escasez de recursos en esas regiones remotas (Bulnes, 1919).
A pesar de estas adversidades, el alto mando chileno, encabezado por el presidente Aníbal Pinto y el general Manuel Baquedano, decidió aceptar el reto y llevar la guerra a las alturas andinas. Reorganizaron sus fuerzas, establecieron líneas de suministro y se prepararon para una campaña que pondría a prueba la resistencia física y mental de sus tropas (Bulnes, 1919).
El primer objetivo era tomar la localidad de Calama, en Bolivia, una posición estratégica que controlaría las rutas de acceso a la sierra. Después de intensos combates, los chilenos lograron capturar Calama, abriendo así el camino hacia el corazón del territorio boliviano y el inicio de una de las campañas más desafiantes de la Guerra del Pacífico (Bulnes, 1919).
La Marcha hacia La Paz
Tras la toma de Calama, los chilenos se encontraban en una posición ventajosa para avanzar hacia el interior de Bolivia. Sin embargo, el camino hacia La Paz, la sede del gobierno boliviano, estaba plagado de dificultades. Las tropas deberían atravesar la cordillera de los Andes, enfrentando altitudes extremas, climas gélidos y una constante escasez de suministros (Aurora Cáceres, 1881).
El general Baquedano, al mando de la expedición chilena, dividió sus fuerzas en dos columnas. La primera, liderada por él mismo, tomaría la ruta más directa pero también más peligrosa a través de los pasos de Cajones y Cosmini. La segunda columna, bajo el coronel Arteaga, seguiría un camino más largo pero menos expuesto a las inclemencias de la cordillera (Aurora Cáceres, 1881).
La marcha fue extenuante. Los soldados chilenos debieron soportar temperaturas bajo cero, tormentas de nieve y la falta de oxígeno a grandes alturas. Muchos cayeron víctimas del mal de montaña y el agotamiento. Pero su determinación y valor los impulsaron a seguir adelante, superando obstáculos casi insalvables (Aurora Cáceres, 1881).
Después de semanas de ardua travesía, ambas columnas lograron reunirse en la localidad de Viacha, a las puertas de La Paz. Las fuerzas bolivianas, comandadas por el presidente Hilarión Daza, prepararon una férrea defensa de la ciudad. La batalla decisiva estaba por librarse en las alturas andinas (Aurora Cáceres, 1881).
Batallas Decisivas en las Alturas
La ciudad de La Paz, capital provisional de Bolivia, se convirtió en el escenario de una de las batallas más encarnizadas de la Campaña de la Sierra. Las fuerzas aliadas de Perú y Bolivia, al mando del presidente Hilarión Daza, habían preparado sólidas defensas en los alrededores de la urbe, dispuestas a presentar una tenaz resistencia (Cuya Vera, 2017).
El 16 de mayo de 1880, los chilenos lanzaron su ofensiva final. Después de intensos combates cuerpo a cuerpo en las calles de La Paz, las tropas aliadas se vieron obligadas a retirarse, dejando la ciudad en manos enemigas. La caída de la capital fue un duro golpe para los peruano-bolivianos, pero no sellaba aún el destino de la campaña (Cuya Vera, 2017).
Los restos del ejército aliado se replegaron hacia las alturas de Acochinga y Cochabamba, donde establecieron nuevas líneas defensivas. El general Baquedano, decidido a obtener una victoria definitiva, dividió nuevamente sus fuerzas para avanzar por distintos frentes sobre las posiciones enemigas (Cuya Vera, 2017).
Tras semanas de feroces enfrentamientos en los agrestes parajes andinos, las fuerzas chilenas lograron desbaratar las defensas aliadas en la Batalla de Cochabamba. Esta derrota selló el destino de la Campaña de la Sierra, forzando a Perú y Bolivia a solicitar la paz, que se concretaría en el Tratado de Ancón en 1884 (Cuya Vera, 2017).
Referencias
Aurora Cáceres, Z. y. (1881). La campaña de la Breña: memorias del mariscal del Perú. Lima: Imprenta América.
Bulnes, G. (1919). Guerra del Pacifico: Ocupación del Perú – La Paz. Santiago: Sociedad editora y litografica universal.
Cuya Vera, R. (19 de Octubre de 2017). Grau. Obtenido de La cronología de la Campaña de la Breña o Sierra (1881-1884): https://www.grau.pe/campana-terrestre/una-vida-de-combates-y-batallas/
Mendoza Meléndez, E. (1993). Campaña de la Breña. Lima: Fuentes historicas del Perú.